A día de hoy, existe un relativo consenso en torno a que el futuro de la industria del automóvil pasa por las baterías de electrolito sólido, una tecnología por la que están apostando algunos de los principales fabricantes del mundo debido a que promete solucionar de raíz los principales problemas que impiden al coche eléctrico popularizarse.
Frente a las actuales baterías de electrolito líquido, las de electrolito sólido ofrecerán una densidad energética superior, lo que se traducirá en unas autonomías más amplias. Además, su mayor estabilidad térmica las hará mucho más seguras y les proporcionará un rendimiento optimizado en todo el rango de temperaturas, haciendo innecesario el empleo de un sistema de refrigeración.
De acuerdo con las estimaciones de marcas como Volkswagen, los tiempos de carga también se verán muy reducidos en relación a las cifras exhibidas por los modelos actuales: mientras que a día de hoy un coche eléctrico de la compañía tarda de media 35 minutos en recuperar el 80% de su alcance, con el electrolito sólido este tiempo se reducirá a apenas 12 minutos.
A pesar de la ambición de marcas como Nissan (2028), Toyota (2024-2025) o Volkswagen/QuantumScape (2025), fabricantes de baterías como CATL estiman que la producción en masa de las baterías de electrolito sólido no comenzará hasta 2030 debido a las dificultades técnicas que aún deben enfrentarse en su desarrollo.
Toyota y Volkswagen lanzarán sus primeros coches eléctricos con baterías de electrolito sólido a mediados de la década
Esta postura es respaldada por Ouyang Minggao, académico de la Academia de Ciencias de China, el cual declaró en su momento que las baterías de electrolito sólido todavía tardarán una década en alcanzar la producción a gran escala y en tener un impacto significativo en el mercado automovilístico.
CATL afirma que la primera generación de baterías de electrolito sólido llegará en 2025 y tendrá una cuota de mercado de apenas el 1% hasta 2030, fecha en la que llegará la segunda generación (y con ella la producción en masa), dotada de nuevos materiales para los electrodos (cátodo y ánodo).
Como hemos indicado antes, estos conservadores números contrastan con las previsiones de algunos de los mayores grupos automovilísticos del panorama internacional; sin ir más lejos, Toyota ha invertido ingentes cantidades en esta tecnología. Por lo tanto, cabe preguntarse si CATL no está simplemente menos avanzada en su desarrollo debido a que en los últimos años se ha centrado en otras químicas que ahora tiene que rentabilizar.
Fuente | CnEVPost