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Según el CEO de Acciona Energía, no tiene sentido importar hidrógeno verde a Europa

Uno de los principales detonantes de la crisis energética que sufrimos viene a cuento de que importamos energía de terceros países, que son los que establecen los precios. Es decir, somos energéticamente dependientes. La diversificación de los orígenes es fundamental para reducir dicha dependencia, pero todavía más lo es obtener los recursos allí donde se necesitan, localmente.

De acuerdo a Rafael Mateo, consejero delegado de Acciona Energía, importar hidrógeno verde desde terceros países sería «una locura». Se refiere a terceros países como Chile o Australia, que para empezar no están cerca e implican grandes trayectos de barcos cargados de gas comprimido, los cuales producen emisiones que se pretenden evitar. ¿Qué tienen Chile o Australia? Fácil acceso a energía eólica y fotovoltaica para alimentar a los electrolizadores.

De acuerdo al directivo, en palabras a Recharge, «La ventaja de las [energías] renovables y el hidrógeno verde es que se produce localmente, empleando recursos de la zona -de modo que cada país puede asegurarse su energía baja en carbono y a precios estables por 30 años-, es una locura importar [hidrógeno] si se dispone de dichos recursos».

En Europa carecemos -en abundancia- de recursos como el gas y el petróleo, no se produce todo lo que se consume, luego hay que importarlos por narices. La dependencia del gas ruso ha puesto en serios aprietos la economía de los países de la eurozona. Rafael Mateo considera que seguir dependiendo de terceros países nos expone a que el problema se repita en el futuro.

«Europa está importando 22.000 millones de euros en combustibles fósiles cada mes, somos dependientes de terceros países, como Rusia. Estamos pues en manos de la tercera parte, y la tercera parte es la que está fijando los precios del gas».

Rafael Mateo, consejero delegado de Acciona

La única solución a la volatilidad de los precios es aumentar la capacidad de renovables para reducir la dependencia: «Creo que si tienes tu propio suministro energético -electricidad e hidrógeno verde- no tiene sentido importar combustibles fósiles, porque cuando se realizan importaciones estás sujeto a la volatilidad de la industria y de la geopolítica», añadió.

La estrategia europea del hidrógeno de 2020 contempla la importación de 40 GWh de hidrógeno de países externos a la eurozona pero cercanos geográficamente, véase el Magreb o Ucrania. La mismísima Alemania se plantea invertir cientos de millones de euros en proyectos externos para importar el hidrógeno que produzcan. Al parecer, según sus cuentas les sale más a cuenta comprar hidrógeno barato que producirlo in situ, donde los recursos renovables no son tan abundantes. Esas cuentas son muy discutibles.

Esquema del proyecto GREEN HYSLAND en Mallorca

Primeros pasos en España para producir hidrógeno verde de forma industrial, el ejemplo de Mallorca

Las características antes mencionadas -abundancia de sol y viento- resultan familiares en un país como España. Se supone que nuestro país puede ser competitivo con países cercanos, por la abundancia de recursos renovables, fundamentalmente eólica en el norte y solar en el sur. Hay varios proyectos para la producción de hidrógeno verde en la piel de toro.

Precisamente, Acciona Energía y sus socios pusieron en marcha la primera planta de producción de hidrógeno verde a nivel industrial en España en los últimos compases de 2021, y fue en Mallorca. Quien dice verde, dice verde verde, porque la energía se obtiene de plantas fotovoltaicas en Lloseta (6,9 MWn o 8,5 MW) y Petra (6,5 MWn o 5,85 MW). Mediante tecnología de cadenas de bloques (blockchain) se certificará la «denominación de origen» y su origen renovable.

NOTA: La disparidad aparente entre las potencias de las plantas de Lloseta y Petra se deben a error tipográfico de la fuente, que se han reproducido tal cual. Según CEMEX, la planta de Lloseta tiene una capacidad de 8,59 MWp y la de Petra 6,5 MWp.

Las instalaciones las puso en marcha la sociedad Power to Green Hydrogen Mallorca (P2GH2M), liderada por Acciona Energía y Enagás, con la participación de la cementera CEMEX, Redexis y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). En Lloseta CEMEX cerró una fábrica de cemento en enero de 2019, la última de la isla, pero reabrió el año pasado con la intención de fabricar cemento bajo en emisiones.

Electrolizadores de Acciona instalados en los terrenos de CEMEX en Lloseta

Allí se encuentran los electrolizadores. La capacidad de producción de hidrógeno es de 300 toneladas al año, y considerando el bajo peso del hidrógeno es un volumen importante. Parte de la producción se canalizará por el primer hidroducto español, del que se encargará Redexis. Su destino serán industrias, red residencial y hoteles.

También consumirá hidrógeno in situ la propia CEMEX, que usará parte del hidrógeno que se produzca para reducir las emisiones asociadas a la producción de cemento. Parte de la plantilla que perdió el empleo en el cierre de 2019 se ha recolocado en las nuevas instalaciones. El resto de la producción se transportará por carretera hacia sus siguientes destinos.

Power to Green Hydrogen Mallorca forma parte del proyecto de subvención europea Green Hysland, coordinado por Enagás. El objetivo de dicho proyecto es convertir a la isla española en el primer hub de hidrógeno verde del sur de Europa, modelo que se exportará más adelante a Canarias, Grecia, etc. Un total de 10 millones de euros de Green Hysland llegarán a Mallorca.

Uno de los beneficiarios de dicha infraestructura puede ser el primer ferry con pila de combustible de hidrógeno que va a poner en marcha Baleària. También lo pueden ser autobuses con esa tecnología, cuando estén disponibles. Ahora mismo Madrid y Barcelona están empezando las pruebas de autobuses de pila de combustible de hidrógeno, y la «gracia» del asunto es que utilicen hidrógeno renovable.

El ejemplo de Mallorca es la antítesis de traer hidrógeno producido desde Chile o Australia. Producción local, distribución local y consumo local. En todos los usos de ese hidrógeno se evita la importación de combustibles fósiles a la isla, donde obviamente no hay petróleo ni gas suficiente. A mayor cercanía de productores y consumidores, mayor es la reducción de emisiones.

Es más, Acciona Energía está negociando con no menos de 10 clientes industriales para instalar en sus terrenos electrolizadores de hidrógeno alimentados con energía solar -con potencias de 1 MW- para descarbonizar sus actividades. No solo eso, se evitan emisiones asociadas al transporte. Los hidroductos a larga distancia también implican emisiones por el uso de bombas y la construcción de la infraestructura.

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