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Las baterías de sodio podrían ser el futuro del coche eléctrico

A día de hoy, la inmensa mayoría de baterías empleadas en los coches eléctricos son de iones de litio. Sin embargo, algunos fabricantes como el gigante chino CATL están comenzando a explorar una alternativa: el sodio, un elemento que podría solucionar de un plumazo los problemas de disponibilidad del litio a los que se enfrentará la industria en los próximos años.

La creciente demanda de coches eléctricos ha llevado a que los precios del litio se cuadripliquen en menos de un año; además, a pesar de que la química LFP (litio-ferrofosfato) está ganando popularidad, la mayoría de marcas continúan empleando celdas NCM (níquel, manganeso, cobalto), compuestas por otras materias primas problemáticas.

Mientras que el cobalto procede mayoritariamente de la República Democrática del Congo, donde se extrae en condiciones infrahumanas, el níquel ha visto su coste dispararse debido a la invasión rusa de Ucrania. Se estima que para 2027-2028, habrá una escasez generalizada de materias primas necesarias para fabricar baterías a gran escala.

En este contexto, los desarrollos relacionados con las baterías de sodio se han visto acelerados en todo el mundo. Este elemento es más abundante y barato que el litio; además, es más fácil de reciclar. Tampoco podemos perder de vista que tienen un rendimiento muy superior a bajas temperaturas, uno de los puntos débiles de las de iones de litio.

CATL lanzará sus primeras baterías de sodio en 2023

El sodio es más abundante que el litio

Al ser el sodio mucho menos corrosivo que el litio, su adopción también abrirá la puerta al uso de materiales más baratos en la construcción de las baterías (por ejemplo, aluminio en lugar de cobre). Por último, pero no menos importante, la estabilidad térmica de las celdas de sodio es superior a las de litio, lo que se traduce en unos índices de seguridad superiores.

Sin embargo, también presentan varias desventajas. Para empezar, el sodio es un elemento más pesado que el litio; además, la densidad energética de este tipo de baterías por el momento es inferior a la lograda por las químicas NCM y LFP. Al funcionar a voltajes más bajos, los tiempos de carga y descarga también resultan peores.

A pesar de todo, la enorme disponibilidad de sodio en casi todo el planeta debería compensar con creces estos problemas, más si tenemos en cuenta que en la actualidad las empresas de origen chino controlan mayoritariamente la extracción de litio y cobalto alrededor del mundo, algo que deja en clara desventaja a otras regiones como Europa o India.

Fuente | ORF

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