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Convertir minas abandonadas en baterías: así funciona esta técnica llamada UGES

IIASA ha creado el Almacenamiento Subterráneo de Energía por Gravedad, que aprovecha instalaciones mineras abandonadas para almacenar energía mediante el uso de sistemas regenerativos y arena.

El International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA) es el responsable de una nueva propuesta de almacenamiento de energía que permite aprovechar instalaciones en desuso para otros fines.

Se trata de lo que la propia IIASA define como «una técnica novedosa llamada almacenamiento subterráneo de energía por gravedad», que convierte las minas actualmente fuera de servicio en soluciones de almacenamiento de energía a largo plazo. Una iniciativa que, sin duda, va en línea con los objetivos de una transición energética sostenible.

Esta técnica también ha sido desarrollada con las limitaciones de las energías renovables más relevantes en mente. Tanto la solar como la eólica son fundamentales para la transición energética hacia un futuro más sostenible. Sin embargo, dado que estas son inherentemente variables e inconsistentes, es crucial encontrar formas de almacenar energía de manera accesible y eficiente.

Si bien existen muchas soluciones efectivas para el almacenamiento diario de energía, las más comunes son las baterías. Es decir, que «aún falta una solución rentable a largo plazo», indican en IIASA.

La arena sirve como vector energético en el caso del sistema UGES. Imagen: Freepik

Sistema de almacenamiento de energía UGES

El llamado Almacenamiento Subterráneo de Energía por Gravedad (UGES, por sus siglas en inglés) ha sido creado por un equipo internacional de investigadores.

En esencia, consiste en almacenar energía mediante el transporte de arena a minas subterráneas abandonadas. La nueva técnica «propone una solución efectiva de almacenamiento de energía a largo plazo, al mismo tiempo que utiliza sitios mineros ahora desaparecidos, que probablemente suman millones en todo el mundo», apunta IIASA.

Según sus creadores, UGES genera electricidad cuando el precio de la misma es alto. Para ello, baja arena a una mina subterránea utilizando un sistema de frenado regenerativo, convirtiéndola de ese modo en energía potencial.

Esquema de funcionamiento del sistema UGES.

Luego, cuando la electricidad es más barata, eleva la arena de la mina a un depósito superior usando motores eléctricos para almacenar energía. Por tanto, los componentes principales del sistema UGES son el eje, el motor/generador, los sitios de almacenamiento superior e inferior y el equipo de minería.

«Cuanto más profundo y ancho sea el pozo de la mina, más energía se puede extraer de la planta, y cuanto más grande sea la mina, mayor será la capacidad de almacenamiento de energía de la planta», señalan.

Un modo de aprovechar instalaciones abandonadas

Independientemente de la efectividad real de este sistema elaborado por IIAS, no cabe duda de que plantear la recuperación de minas abandonadas merece, como mínimo, dedicar tiempo a estudiarlo en profundidad.

«Cuando una mina cierra, despide a miles de trabajadores», dice Julian Hunt, investigador del Programa de Energía, Clima y Medio Ambiente de IIASA y autor principal del estudio. «Esto devasta a las comunidades que dependen únicamente de la mina para su producción económica. UGES crearía algunas vacantes ya que la mina proporcionaría servicios de almacenamiento de energía después de que deje de operar».

Según Hunt, «las minas ya cuentan con la infraestructura básica y están conectadas a la red eléctrica, lo que reduce significativamente el coste y facilita la implementación de plantas UGES».

IIASA también destaca que otros métodos de almacenamiento de energía, como las baterías, «pierden energía a través de la autodescarga durante largos períodos».

En cambio, el medio de almacenamiento de energía de UGES es la arena, «lo que significa que no se pierde energía por autodescarga, lo que permite un almacenamiento de energía de tiempo ultralargo que va desde semanas hasta varios años».

Un gran potencial de rentabilidad

Según informa el documento elaborado por IIAS, los costes de inversión de UGES son entre 1 y 10 dólares estadounidenses por kWh, mientras que los costes de capacidad de energía son de 2000 dólares/kW.

«Se estima que la tecnología tiene un potencial global de 7 a 70 TWh, con la mayor parte de este potencial concentrado en China, India, Rusia y Estados Unidos», amplía.

«Para descarbonizar la economía, necesitamos repensar el sistema energético en base a soluciones innovadoras que utilicen los recursos existentes», declara Behnam Zakeri, coautor del estudio e investigador del Programa de Energía, Clima y Medio Ambiente del IIASA.

«Convertir minas abandonadas en almacenamiento de energía es un ejemplo de muchas soluciones que existen a nuestro alrededor, y solo necesitamos cambiar la forma en que las implementamos», concluye.

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