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Ahora sí, la energía termofotovoltaica puede ser tomada en serio: comienza la producción de TPV de alta eficiencia

Antora Energy ha anunciado que comienza la producción de sus nuevas células fotovoltaicas (TPV) de alta eficiencia (+40 %). La línea de fabricación contará con una capacidad inicial de 2 MW anuales.

La energía fotovoltaica tiene su origen en los años 60 del siglo pasado, cuando comenzó a desarrollarse para aplicaciones militares, principalmente en Estados Unidos.

Pero dicha tecnología cayó prácticamente en el olvido debido a la carencia de materiales semiconductores de infrarrojo de alta calidad, retomándose su desarrollo en la década de los 90. Fue en aquella época cuando se fabricaron las primeras células de GaSb (Boeing) y de InGaAs (NREL) con eficiencias energéticas razonablemente altas.

Desde entonces, la investigación ha ido propiciando la mejora de una ciencia que se ha centrado en alcanzar tasas de conversión lo suficientemente elevadas como para llegar a un punto en el que pueda ser tenida en cuenta en el campo de las energías renovables.

Antora Energy da el paso definitivo

Si bien la energía termofotovoltaica (TPV) lleva décadas desarrollándose, hasta ahora no ha llegado a ser tomada en serio en la industria de las renovables, que se centran principalmente en la fotovoltaica convencional y en la eólica.

Sin embargo, Antora Energy está en condiciones de cambiar eso gracias a sus nuevas células TPV con tasas de eficiencia superiores al 40 %, lo que implica un notable avance que, ahora sí, permite considerar esta tecnología una alternativa seria y eficiente para la industria.

Esquema de funcionamiento de la tecnología TPV de Antora Energy. Imagen: Antora Energy

«Hemos pasado varios años convirtiendo nuestros prototipos TPV en productos fabricables, y ahora hemos demostrado un camino hacia la producción en equipos comerciales», declara Andrew Ponec, cofundador y director ejecutivo de Antora Energy.

«La innovación de Antora permitirá la sustitución a gran escala y rentable de los combustibles fósiles utilizados en los procesos de fabricación actuales para la calefacción y la energía. Es el camino más rápido y menos costoso para que el sector industrial llegue a cero neto», afirma.

«Este avance tecnológico podría tener ramificaciones importantes en sectores más allá de la fabricación, incluida la red eléctrica, la construcción y el transporte», reitera Ponec, que pone como ejemplo de su aplicación futura «una nueva clase de motores térmicos eficientes, livianos y escalables podría transformar la forma en que la industria piensa acerca de la energía térmica y la generación de electricidad».

Ahora sí, la TPV está preparada

Antora ha alcanzado los dos umbrales críticos para la tecnología TPV al mostrar una eficiencia de conversión de calor a electricidad superior al 40 % y la capacidad de fabricar TPV a escala.

Con su tecnología de batería térmica, Antora puede ofrecer electricidad bajo demanda de bajo coste y cero emisiones, utilizando bloques de carbono calentados por electricidad renovable.

Este avance combinado de eficiencia y fabricación del TPV es resultado de años de trabajo con apoyo de varios entidades gubernamentales y científicos. «Los avances de Antora en TPV solo podrían haber ocurrido gracias al apoyo público», según el Jefe de I+D de TPV en Antora, Dr. Brendan Kayes.

Proyecto Amadeus de la Universidad Politécnica de Madrid.

Qué es la energía termofotovoltaica

Las células termofotovoltaicas (TPV) funcionan de manera similar a las células solares, en las que la absorción de fotones en un material semiconductor genera electrones que se suministran al exterior y crean una corriente eléctrica.

Sin embargo, en las TPV, las células termofotovoltaicas convierten la radiación térmica emitida por objetos incandescentes en electricidad sin necesidad de partes móviles ni fluidos.

En ellas, el espectro de absorción está desplazado hacia el infrarrojo para convertir eficientemente la radiación térmica en vez de la radiación solar, utilizando para ello materiales semiconductores que absorben fotones de baja energía, como germanio o antimoniuro de galio.

Un ejemplo de este tipo de tecnología es la que desarrolla el Instituto de Energía Solar de la UPM, que utiliza un concepto de almacenamiento de energía a base de silicio fundido a 1400 °C y células termofotovoltaicas para producir electricidad a partir del calor almacenado.

Fuente | Antora Energy

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