Crean la primera batería de iones de litio de larga duración que prescinde de su material más controvertido

En un importante avance científico, investigadores de la Universidad de Irvine, California (UCI) han logrado desarrollar una batería de iones de litio que prescinde del uso de cobalto, un material que a menudo se extrae mediante trabajo infantil y presenta numerosos problemas éticos.

El profesor Huolin Xin, del Departamento de Física y Astronomía de UCI, lideró el equipo responsable de este innovador método, que podría marcar el comienzo de una nueva generación de baterías de iones de litio menos controvertidas.

El elemento elegido es el níquel que, a diferencia del cobalto, no está asociado con problemas de trabajo infantil, lo que lo convierte en una opción más ética para la industria.

Bajas cantidades de níquel

Hasta ahora, el níquel no había sido considerado como un sustituto práctico para el cobalto, ya que se requerían grandes cantidades para la fabricación de baterías de litio.

Además, su coste ha ido en aumento. Sin embargo, el equipo de Xin se propuso desarrollar una batería basada en níquel que utilizara la menor cantidad posible de este metal para que resultara económicamente viable.

El equipo de investigación logró este objetivo mediante un proceso denominado «dopaje concentrado complejo», que les permitió ajustar la fórmula química de las baterías de iones de litio de manera precisa y eficiente.

En esencia, el proceso de dopaje eliminó la necesidad de cobalto en los componentes críticos de las baterías y lo reemplazó por níquel. Además, el dopaje no sólo elimina la dependencia del cobalto, sino que también mejora la eficiencia del níquel en la batería.

Esto significa que las baterías de vehículos eléctricos requerirían una menor cantidad de níquel para funcionar correctamente, lo cual convierte al metal en una opción más atractiva en comparación con las baterías que utilizan cobalto.

Un descubrimiento que transformará la industria de la batería

El profesor Xin se muestra optimista y cree que la nueva química basada en níquel transformará rápidamente la industria de las baterías de iones de litio.

Ya se han dado los primeros pasos en esa dirección, con empresas fabricantes de vehículos eléctricos interesadas en validar y aplicar esta técnica revolucionaria. Muchas de ellas planean realizar pruebas de seguridad para evaluar la viabilidad de las baterías con bajo contenido de níquel.

El desarrollo de esta batería libre de cobalto es un gran avance en la búsqueda de soluciones más éticas y sostenibles para la industria de los vehículos eléctricos.

No sólo podría reducir o eliminar por completo la necesidad de extraer cobalto mediante trabajo infantil, sino que también promete hacer que las baterías de iones de litio sean más eficientes y económicas.

Con el respaldo de la comunidad científica y el interés de la industria automotriz, es probable que esta tecnología transforme el mercado en un futuro cercano, afirma el profesor Xin, allanando así el camino hacia un sector de baterías más ético y respetuoso con el medio ambiente.

Por qué es tan controvertido el cobalto

Los principales productores de níquel en el mundo son Indonesia, Brasil y Australia. Mientras, el cobalto es un metal que se extrae principalmente de las minas de la República Democrática del Congo (RDC).

El 60 % del cobalto mundial proviene de esta región, que también alberga grandes reservas de otros metales como el coltán, el cobre y el níquel. El 45 % del cobalto extraído se utiliza en la fabricación de baterías de iones de litio, siendo China el principal comprador y productor de dispositivos electrónicos.

La relevancia del mercado del cobalto ha contribuido a la inestabilidad en la RDC y países vecinos, debido al interés de las corporaciones occidentales y asiáticas en los minerales de la región.

La extracción de cobalto, coltán y níquel en la RDC se realiza en condiciones deplorables, con trabajadores que carecen de recursos y medios adecuados, y que trabajan en condiciones insalubres. Además, se ha informado que muchos niños son obligados a trabajar en estas minas en condiciones extremadamente difíciles.

Amnistía Internacional denunció la situación y presionó a las grandes corporaciones tecnológicas de Asia y Occidente, que son las que se benefician del cobalto y el coltán, para que tomen medidas al respecto.

Apple ha decidido comprar directamente el cobalto a los mineros, evitando intermediarios y buscando no contribuir a la inestabilidad de la región. Otras compañías, como Samsung y Daimler, afirman hacer lo posible por rastrear el origen de estos minerales, pero señalan la complejidad de la cadena de suministro.

Es evidente que para mejorar la situación, las empresas deben involucrarse más para garantizar que los minerales adquiridos tengan un origen lícito y que no se haya sometido a tratos inhumanos o degradantes a lo largo de la cadena de producción.