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La falta de baterías es una seria amenaza a la transición hacia las energías renovables

La implantación de las energías renovables está cogiendo velocidad en todo el mundo. Las inversiones se están multiplicando y poco a poco las fuentes sucias están retrocediendo. Pero para lograr una implantación más eficiente, son necesarios sistemas que ayuden a minimizar las intermitencias para sacar el máximo partido a la potencia instalada. El problema es que sistemas como las baterías se han centralizado en sectores como el coche eléctrico, y corren el riesgo de no ser suficientes para los sistemas de almacenamiento estacionario.

Así lo indica un informe de la Asociación de Industrias de Energía Solar de Estados Unidos (SEIA), que ha puesto sobre la mesa un potencial problema por la falta de suministro para cubrir las futuras necesidades de baterías para los sistemas eléctricos.

SEIA pronostica que Estados Unidos verá como la demanda de baterías aumenta seis veces en el periodo 2022-2030, pasado de los 18 GWh del pasado año hasta los 119 GWh en 2030.

El principal problema es que la capacidad de fabricación de mercados como Estados Unidos, incluyendo todas las funciones, es actualmente de unos 60 GWh/año. Sumando las nuevas instalaciones en fase de construcción, así como la capacidad de los países con tratado de libre comercio, Australia, Canadá y Corea del Sur, aumentarán la capacidad total a más de 1TWh.

Pero de esta, el 90% irá a parar a las manos de los fabricantes de coches eléctricos, dejando el restante 10% a otros sectores, no solo al almacenamiento estacionario, sino también residencial y otras aplicaciones.

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Las estimaciones indican que la demanda mundial de baterías en todas las aplicaciones, pasará de los aproximadamente 670 GWh en 2022 a más de 4 TWh para 2030. De esa cifra, los sistemas de respaldo pasarán de los 60 GWh del pasado año, a los 840 GWh a finales de esta década.

Entre los principales retos para poder alcanzar las estimaciones de producción de baterías está el acceso a las materias primas que le dan forma.

El informe indica que tanto litio como fósforo serán fácilmente escalables y no supondrán un reto para su producción.

Pero no sucede lo mismo con el grafito, que indican, puede convertirse en un cuello de botella para la producción de baterías. Un componente que en la actualidad depende en un 60% de las exportaciones de China, y que podría extraerse de minas de Canadá y Australia, para diversificar y asegurar su suministro.

Fuente | SEIA

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