El nuevo coche eléctrico de Renault es un éxito, pero la marca ya prepara importantes actualizaciones

El Renault 5 ha entrado con fuerza en su Francia natal. En noviembre de 2024, su primer mes completo a la venta, se despacharon 3.316 unidades, lo que le permitió colocarse como el séptimo turismo más popular del país incluyendo todas las tecnologías de propulsión. En diciembre los registros fueron a más (4.681 unidades), ascendiendo a la sexta posición; eso sí, no logró superar al Tesla Model Y como el coche eléctrico más vendido (4.807 unidades).

La firma del rombo todavía se encuentra escalando la producción de su nuevo utilitario eléctrico; además, las entregas de sus versiones de acceso aún no han comenzado. En lo que va de mes se han matriculado 101 unidades en España, quedando en octava posición en el ranking de eléctricos. Dado que a finales de octubre Renault anunció que acumulaba más de 1.000 pedidos de clientes españoles, es probable que este lento arranque se deba a un output inicial limitado.

Elegido Coche del Año en Europa 2025, el Renault 5 ha recibido elogios unánimes por su diseño retro-futurista, que busca rendir homenaje al R5 de 1972 y al Supercinco de 1984. La compañía es consciente de que su simpática estética es una de sus principales bazas, motivo por el que no planea modificarla según vaya evolucionando el coche.

En los próximos años, Renault adoptará un enfoque similar al de Tesla: aunque el coche se irá actualizando para recibir la última tecnología eléctrica, sus líneas se mantendrán prácticamente inalteradas. Así lo ha confirmado Fabrice Cambolive, director general de la empresa. «Lo bueno del R5 es que nos gustaría seguir con este diseño tanto tiempo como sea posible».

El Renault 5 evolucionará constantemente sin variar su diseño exterior

El ejecutivo señala que se invertirá en aspectos como la conectividad, la versatilidad, la modularidad, la gestión de la batería… Las primeras mejoras deberían llegar este mismo año, pues el R5 se beneficiará de un sistema One Pedal y recibirá unas levas tras el volante para poder regular el nivel de retención de la frenada regenerativa. Además, también se está trabajando para mejorar la habitabilidad trasera, ya que con los asientos delanteros en la posición más baja, los pasajeros de la segunda fila tienen dificultades para colocar los pies.

Según recoge Autocar, en 2026 se abandonará la química NCM (níquel, cobalto, manganeso) en favor de la más asequible LFP (litio-ferrofosfato), al menos en el pack más pequeño (40 kWh). Gracias a la tecnología CTP (Cell to Pack), no habrá pérdida de capacidad a pesar de la menor densidad energética de este tipo de celdas. El coste de las baterías debería reducirse en aproximadamente un 20%.

Está previsto que más adelante tanto el R5 como sus hermanos de plataforma, los R4 y Alpine A290, lleguen a los 500 km WLTP de autonomía (el R5 actualmente está limitado a 410 km WLTP). Es posible que este salto adelante llegue en 2028, momento en el que Renault desplegará su nueva generación de coches eléctricos con unas baterías todavía más baratas, una eficiencia mejorada y unos tiempos de carga reducidos.

Fuente | Autocar