
Coches eléctricos premium de ocasión, una bomba de relojería para los vendedores, chollos a la vista para los compradores
Los coches eléctricos premium están viendo como sus precios en el mercado de ocasión se derrumban a marcha forzada, por culpa de factores como la mejora de la tecnología y la bajada generalizada de precios del mercado de coches nuevos.

La compra de un coche eléctrico suele tener un fuerte componente pasional, especialmente en el segmento premium y de lujo. Se trata de una adquisición que suele ir acompañada de un alto nivel de personalización, con elementos diseñados para el disfrute del propietario, pero que tienen un coste añadido. Sin embargo, cuando estos vehículos llegan al mercado de ocasión, los nuevos compradores no suelen valorar estos aspectos. Si a esto le sumamos la rápida evolución tecnológica, nos encontramos con un problema creciente: los coches eléctricos premium están perdiendo valor a un ritmo alarmante, convirtiéndose en una auténtica bomba de relojería para los vendedores.
Ni siquiera los modelos más asequibles se salvan de la depreciación, pero los vehículos eléctricos de alta gama están sufriendo esta situación con especial intensidad.
Así lo reflejan los datos de la consultora Deutsche Automobil Treuhand (DAT) y el portal de compraventa Autoscout24: los coches eléctricos de lujo usados están perdiendo valor a un ritmo cada vez mayor, generando preocupación entre fabricantes, concesionarios y empresas de leasing.

El valor residual de los eléctricos premium con tres años de antigüedad cayó del 70 % a principios de 2023 al 49 % a finales de 2024. Un desplome sin precedentes.
Según un alto directivo de un fabricante: “Esto es una bomba de relojería”. Y es que los modelos de gama alta suelen venderse mediante contratos de leasing o renting, lo que implica que el riesgo del valor residual recae, en parte, sobre los fabricantes y vendedores.
La depreciación está siendo tan drástica y rápida que incluso algunos bancos y entidades financieras están evitando financiar estos modelos a gran escala, reduciendo su exposición ante el temor de no recuperar su inversión.

De acuerdo con los datos de DAT, los coches eléctricos pequeños y medianos han ralentizado su depreciación, pero los modelos premium siguen perdiendo valor a pasos agigantados. A la rápida evolución tecnológica se suma otro factor clave: las normativas sobre emisiones, que obligan a las marcas a vender más coches eléctricos nuevos para cumplir con los objetivos. Esto ejerce presión sobre los precios y los hace caer aún más.
Uno de los modelos más afectados por esta tendencia es el Porsche Taycan. La berlina alemana puede encontrarse en los portales de segunda mano alemanes por apenas 50.000 euros, menos de la mitad de lo que cuesta su versión más económica en la actualidad, y sin contar con extras.

Por 46.900 euros, es posible adquirir un Mercedes EQS 350 con todo el lujo de la marca y una autonomía de 680 km bajo el ciclo WLTP. Un modelo que, nuevo y sin equipamiento adicional, parte de los 105.000 euros. Una reducción drástica que seguirá acentuándose a medida que más unidades provenientes de contratos de leasing y renting (la mayor parte de la primera generación cumple este año sus 4 años habituales en este tipo de contratos) inunden el mercado de ocasión.
La conclusión es que este 2025 puede ser un buen año para encontrar ese coche eléctrico de nuestros sueños a un precio más terrenal. Propuestas premium que si no salen rápido del concesionario, corren el riesgo de cronificarse y tener que terminar por tirar todavía más sus tarifas, aumentando la pérdida del vendedor.