
Estos son los fabricantes que pagarán a Tesla por sus emisiones en Europa
Diferentes marcas tienen que echar mano del pool de emisiones de Tesla para cumplir con sus objetivos para este año, lo que puede suponer un problema por la caída de ventas de la propia Tesla, y los riesgos por la imagen resultante de asociarse con Elon Musk en estos momentos.

Tesla sigue aprovechando su ventaja en cuanto a implantación del coche eléctrico dentro de la Unión Europea, sacando partido a sus créditos de emisiones. La compañía estadounidense ha oficializado su «pool» de emisiones para 2025, incorporando a los «aportadores» a Honda y Suzuki. Estas marcas se suman a Stellantis, Ford, Toyota, Mazda y Subaru en la compra de créditos de CO2 a Tesla para cumplir con las normativas de emisiones en el Viejo Continente.
La Comisión Europea aprobó a mediados de marzo los acuerdos de agrupación de emisiones. Además del «pool» liderado por Tesla, también se ha autorizado el gestionado por Mercedes-Benz, que incluye a varias marcas del grupo Geely, como Volvo, Polestar y Smart. Volvo, que está por debajo de sus objetivos de CO2, junto con Polestar y Smart, que solo venden coches eléctricos en Europa, forman un bloque sólido en la reducción de emisiones.
Las normativas europeas son cada vez más estrictas. Para 2025, los límites de emisiones de CO2 serán un 15% inferiores a los de 2021. Esto obliga a los fabricantes a asegurar que al menos el 20% de sus ventas sean de coches eléctricos, en un contexto donde la cuota de mercado de los EV en 2024 fue del 14%. No alcanzar estos objetivos supone multas de 95 euros por cada gramo de CO2 excedido por vehículo.
Por ello, los «pools» de emisiones como los de Tesla y Mercedes-Benz permiten a las marcas evitar sanciones. Se estima que la venta de un coche eléctrico puede compensar las emisiones de entre tres y cuatro vehículos de combustión interna, lo que explica el interés de muchas empresas por sumarse a estos acuerdos.
Tesla: una estrategia lucrativa, con riesgos

Para Tesla, la venta de créditos de emisiones representa una fuente de ingresos de miles de millones de euros. Sin embargo, esta estrategia no está exenta de riesgos. Las ventas de Tesla en Europa han caído un 44% en lo que va de 2024, según datos de Dataforce. Esto se debe a factores como la creciente competencia, la renovación de su modelo más popular, el Model Y, y toda la controversia política en torno a Elon Musk.
Si las ventas de Tesla siguen bajando, la compañía podría tener dificultades para compensar las emisiones de sus socios, lo que reduciría los ingresos obtenidos por la venta de créditos y pondrá el riesgo los objetivos de sus clientes.
Aunque los contratos de «pooling» no suelen hacerse públicos, los fabricantes han asegurado que los respetarán. Toyota, por ejemplo, ha afirmado que su acuerdo con Tesla le proporcionará una mayor flexibilidad en los próximos tres años. Eso claro, si Tesla cumple.

También está la cuestión de la imagen. Algo que hasta ahora no estaba sobre la mesa, pero que se ha convertido en tema de conversación principal. Y es que asociarse con Tesla tendrá sus riesgos para la imagen de las marcas, que regarán con su dinero a un Elon Musk en el punto de mira de muchos consumidores de estos fabricantes.
Con la presión normativa en aumento y un mercado en constante evolución, el negocio de la venta de estos créditos de emisiones sigue siendo una fórmula de emergencia para muchas marcas en Europa, y donde los grupos que más han apostado por el coche eléctrico están logrando sacar partido gracias a su capacidad de generar, o incluso de vender, estos créditos, mientras que el resto tienen que buscarse la vida a la desesperada.