
El Toyota bZ3X logra un gran éxito con 10.000 entregas en un mes y más de 12.000 personas en lista de espera
Toyota lanza el bZ3X con gran éxito en China y redefine su estrategia con un enfoque local y tecnológico. El SUV compacto eléctrico destaca por su autonomía, equipamiento y desarrollo adaptado al usuario. En España podría suponer un nuevo referente si llega con la misma propuesta.

Toyota no ha sido una de las marcas que más han apostado por el coche eléctrico. Posiblemente sea, de los grandes grupos, la que menos. Pero esto no quiere decir que algo esté cambiando, aunque sea de forma forzada de mala gana. Y ese cambio se está produciendo por el rápido cambio del mercado chino, donde los japoneses se están moviendo a otra velocidad, con resultados como la pila de entregas y pedidos del nuevo Toyota bZ3X.
Desde su lanzamiento el pasado 16 de marzo, el Toyota bZ3X ha superado las 10.000 entregas y acumula ya más de 12.000 pedidos pendientes en China. Este arranque prometedor no solo confirma el interés por el modelo, sino que pone de manifiesto la renovada estrategia de Toyota en el gigante asiático: una apuesta decidida por la electrificación, basada en una mayor localización y en un modelo de desarrollo pensado desde cero por y para el mercado local.
En el reciente Salón del Automóvil de Shanghái, Toyota no solo presentó el bZ3X, sino también el nuevo bZ7, ambos desarrollados bajo el sistema RCE (Regional Chief Engineer). Este enfoque sitúa a ingenieros locales al frente de la planificación y el desarrollo del producto, lo que permite diseñar modelos completamente adaptados a los gustos y necesidades de los conductores chinos. Un giro que recuerda a los pasos que también está dando Nissan en la región.
Toyota bZ3X

El Toyota bZ3X es un D-SUV eléctrico basado en la plataforma e-TNGA. Mide 4.645 mm de largo, 1.885 mm de ancho y 1.625 mm de alto, con una distancia entre ejes de 2.750 mm. Está disponible en versiones de tracción delantera con motor de 150 kW, y otra con tracción total, que añade un motor de 80 kW en el eje delantero.
En la variante de acceso monta una batería LFP de 50 kWh, que proporciona una autonomía de 430 km CLTC. Las otras dos opciones, no se ha confirmado capacidad, le ofrecerán entre los 520 km y 620 km de autonomía CLTC, con unos tiempos de carga rápida de 24 minutos para reponer del 30% al 80% en su variante más económica.
El interior destaca por contar con elementos como una pantalla táctil de 12,3 pulgadas, sistema de info-entretenimiento gestionado por el procesador Snapdragon 8155, techo panorámico de cristal y conducción asistida L2+ impulsada por el chip Nvidia DRIVE AGX Orin X, que cuenta con una capacidad de 25 TOPS, y que dispone de 27 sensores, incluidas 11 cámaras de alta definición, 12 radares ultrasónicos, 3 radares de ondas milimétricas y un sensor Lidar.

Para reforzar este cambio de rumbo, Toyota ha reorganizado toda su estructura en China bajo el paraguas de “One R&D”, unificando a FAW Toyota, GAC Toyota, BYD Toyota y su centro de I+D en Changshu. Esto permite que ingenieros como Liu Wenbin (responsable del bZ3X) y Ye Zhihui (bZ7) lideren proyectos completos desde la concepción hasta el desarrollo final, dejando atrás el antiguo modelo de adaptación de productos globales al mercado local.
El desarrollo del bZ3X nace de un profundo análisis del estilo de vida de las familias jóvenes chinas, lo que se refleja tanto en su diseño como en su equipamiento. Al mismo tiempo, el bZ7 destaca por convertirse en el primer sedán de una joint venture en incorporar el sistema operativo HarmonyOS de Huawei.
Lo mejor de todo del bZ3X son unos precios que van desde los 100.000 a los 200.000 yuanes, que al cambio son entre 13.000 y 26.000 euros.
Toyota asegura que su estrategia no pasa por lanzar productos a toda velocidad, sino por hacerlo de forma gradual y meditada, priorizando la seguridad, la fiabilidad y la madurez técnica. Resumiendo, más vale tarde que nunca.