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¿Qué es la autonomía de un coche, cómo se mide y de qué depende?

La autonomía de un coche es un factor clave en la era de la movilidad sostenible y la creciente adopción de vehículos eléctricos. Este concepto se refiere a la distancia que un vehículo puede recorrer con un depósito de combustible lleno o con una carga completa de batería antes de necesitar recargarse.

En el contexto actual, entender cómo se mide y los factores que influyen en esta autonomía es esencial para los conductores, fabricantes y entusiastas del automóvil. No en vano, la medición de la autonomía no es simplemente una cifra estática, sino que implica una combinación de diversos factores que van más allá de la capacidad de la batería.

Desde la eficiencia energética del motor hasta las condiciones meteorológicas y el estilo de conducción, cada elemento desempeña un papel crucial. En este artículo, exploraremos en detalle qué implica la autonomía de un coche, cómo se evalúa y los múltiples factores que intervienen en esta métrica.

¿Qué es la autonomía de un vehículo y cómo se mide?

La autonomía de un vehículo es la distancia máxima que puede recorrer sin repostar o recargar la batería, según el tipo de vehículo. La forma más habitual de medir la autonomía es en kilómetros, aunque en algunos casos se mide en horas de funcionamiento.

En el caso de los vehículos de combustión interna, la autonomía se mide en kilómetros y se calcula dividiendo la capacidad del depósito de combustible por el consumo medio del vehículo. Por ejemplo, un vehículo con un depósito de 50 litros y un consumo medio de 6 litros por cada 100 kilómetros tendrá una autonomía de 833 kilómetros.

Los vehículos de combustión pueden llegar a superar los 1.000 kilómetros de autonomía. Imagen: Freepik

En el caso de los vehículos eléctricos, la autonomía se mide también en kilómetros y se calcula dividiendo la capacidad de la batería por el consumo energético medio del vehículo. Por ejemplo, un vehículo eléctrico con una batería de 50 kWh y un consumo energético medio de 18 kWh por cada 100 kilómetros tendrá una autonomía de 277 kilómetros.

En general, los vehículos eléctricos tienen una autonomía menor que los vehículos de combustión interna. Sin embargo, la autonomía de los vehículos eléctricos está aumentando rápidamente gracias a los avances en la tecnología de las baterías.

Actualmente, la autonomía media de un coche eléctrico oscila entre 250 y 500 kilómetros, aunque hay modelos que superan dichas cifras.

¿De qué depende la autonomía de un vehículo?

La autonomía de un vehículo puede verse afectada por varios factores, como el estilo de conducción, las condiciones climatológicas, el peso de la carga y la eficiencia del motor o la batería.

  • Estilo de conducción: un estilo de conducción agresivo, como acelerar y frenar bruscamente, reduce la autonomía de un vehículo.
  • Condiciones climatológicas: las temperaturas extremas, tanto altas como bajas, pueden reducir la autonomía de un vehículo, especialmente si es eléctrico.
  • Peso de la carga: un vehículo con una carga pesada tendrá una autonomía menor, ya que el motor deberá trabajar más para mover mayor masa, consumiendo más combustible o energía eléctrica.
  • Eficiencia del motor o la batería: un motor o una batería más eficientes pueden proporcionar una mayor autonomía, ya que son capaces de cubrir más kilómetros con menos consumo de energía.
  • Estado del vehículo: un buen mantenimiento redunda en una mayor eficiencia. Por ejemplo, unos neumáticos en buen estado generan menor rozamiento con el asfalto y, por tanto, menor consumo.

Otros aspectos también pueden influir en la autonomía de un vehículo. Es el caso, por ejemplo, de la ruta escogida o la superficie sobre la que se circula. Carreteras en mal estado, con subidas frecuentes o con muchas curvas incrementan la autonomía al exigir mayor esfuerzo al motor para compensar el rozamiento del firme irregular o las aceleraciones más intensas o frecuentes.

¿Cuántos kilómetros se pueden recorrer con el coche en reserva?

La respuesta a esta pregunta depende de varios factores, como la capacidad del depósito de combustible, el consumo del vehículo y el estilo de conducción.

Por norma general, se pueden recorrer entre 50 y 100 kilómetros con el depósito del vehículo en la reserva. Sin embargo, esta distancia puede variar significativamente en función de los factores mencionados anteriormente.

En el caso de los coches pequeños, con depósitos de menor capacidad, la autonomía en reserva suele ser menor. Por ejemplo, un coche pequeño con un depósito de 30 litros y un consumo medio de 7 litros por cada 100 kilómetros podría recorrer unos 42 kilómetros en reserva.

La forma de conducir influye mucho en el consumo de combustible o energía eléctrica y, por tanto, en la autonomía. Imagen: Freepik

En el caso de los coches grandes, con depósitos de mayor capacidad, la autonomía en reserva suele ser mayor. Por ejemplo, un coche grande con un depósito de 80 litros y un consumo medio de 9 litros por cada 100 kilómetros podría recorrer unos 72 kilómetros en reserva.

El estilo de conducción también puede influir en la autonomía en reserva, siendo recomendable conducir de forma suave, evitando aceleraciones bruscas.

En cualquier caso, no es recomendable circular en reserva durante mucho tiempo. Los depósitos de combustible suelen acumular impurezas sólidas del combustible en el fondo del depósito, por lo que apurarlo aumenta el riesgo de que estas sean succionadas por la bomba de combustible y pasen al sistema y al motor.

Además, si se apura en exceso, el motor puede funcionar de forma irregular, lo que puede provocar daños. En última instancia, si el motor se queda sin combustible, el vehículo quedará inmovilizado. Lo mismo ocurre en los coches eléctricos cuando se quedan sin batería.

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