
Pioneros olvidados: historia de los coches eléctricos franceses desde los años 80 y 90
Europa lleva medio siglo explorando la movilidad eléctrica urbana, y entre todos destaca una Francia que ha sido, casi sin quererlo, una pionera. Desde el Renault 5 de los años 70 hasta los superventas actuales, el mercado ha vivido altibajos constantes. Hoy, sus marcas quieren volver a liderar con autonomía real y carga rápida

Hoy en día, cuando hablamos de coches eléctricos, los focos se centran en modelos modernos con grandes autonomías y recargas rápidas. Sin embargo, la historia de la movilidad eléctrica urbana comenzó hace más de medio siglo, con iniciativas tan desconocidas como adelantadas a su tiempo.
En los años 70, Francia ya experimentaba con versiones eléctricas de modelos icónicos, desarrolladas en colaboración con empresas eléctricas. Aunque limitadas a usos internos y con apenas 60 km de autonomía, sentaron las bases de lo que vendría después. Luego llegarían los pequeños utilitarios eléctricos de producción nacional, como los Peugeot o Renault, con tecnología propia, motores de 27 CV, baterías de plomo-cadmio y tiempos de carga eternos, pero también con una visión de futuro.
Por ejemplo, el Peugeot 205 eléctrico (prototipo y pequeña serie a principios de los 90, con antecedentes en los 80) equipaba un motor de unos 8 kW (11 CV) con picos de 17,5 kW, y ofrecía autonomías de 140 a 200 km a velocidades de entre 40 y 70 km/h. Renault, por su parte, experimentó con vehículos como el Renault Clio électrique o el Renault Express électrique, que utilizaban motores de corriente continua y baterías similares, alcanzando velocidades máximas de alrededor de 100 km/h y autonomías limitadas, principalmente para uso urbano o flotas.

Adentrándonos en los años 90 y principios de los 2000, la tecnología de baterías comenzó a evolucionar lentamente, y el concepto de vehículo eléctrico se abrió a soluciones más diversas, incluyendo los híbridos. El Peugeot Ion Concept (2005) fue un ejemplo clave, propulsado por un motor de corriente continua de 20 kW alimentado por baterías de níquel-cadmio. Un caso más avanzado fue el Peugeot BB1 Concept (2009), ultracompacto y ligero (600 kg gracias a una carrocería de carbono), con una autonomía de alrededor de 100 km, adecuado para uso urbano. Renault también exploró prototipos híbridos como el Renault Koleos Concept (1999), que combinaba un motor de gasolina turbo con un motor eléctrico de 30 kW en el eje trasero, alimentado por baterías de iones de litio, un precursor de las tecnologías híbridas.
A comienzos de los años 2010, en el inicio de la era moderna del coche eléctrico, algunos fabricantes galos decidieron no seguir trabajando en sus eléctricos y optaron por alianzas con marcas japonesas como Mitsubishi para electrificar sus coches urbanos. Surgieron así modelos famosos "trillizos" que basados en el Mitsubishi i-MiEV, contaron con variantes rebautizadas, Peugeot iOn y Citroen C-Zero. Modelos muy básicos con autonomías reales cercanas a los 100 km. Aunque con poca aceptación comercial, fueron clave para el desarrollo posterior, y fueron la primera experiencia de muchos de nosotros con el coche eléctrico.

El verdadero punto de inflexión llegó con la aparición de modelos como el Nissan LEAF (2011) y el Renault ZOE (2012). Estos coches ofrecían autonomías decentes y precios más accesibles, marcando el inicio del despegue del mercado eléctrico en Europa.
Actualmente, las matriculaciones de coches eléctricos superan ampliamente las 290.000 unidades anuales en algunos países europeos, con cuotas de mercado cercanas al 17% y superando a motorizaciones como el diésel. Modelos de marcas globales encabezan las listas, pero los fabricantes tradicionales compiten ferozmente para liderar esta nueva era. La historia de la movilidad eléctrica urbana es cíclica. Tras décadas de avances tímidos y retrocesos, hoy vive una revolución que combina experiencia, innovación y autonomía real.
Un momento que nos hace preguntarnos que habría pasado si los grupos europeos hubiesen apostado en su momento fuerte por el coche eléctrico. ¿Sería China la gran dominadora, o sería Europa la que lograse hacerse con la mayor parte de las ventas en mercados como la propia China? Un mercado, el mayor del mundo, de donde están siendo desplazados rápidamente por los grupos locales.