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kW y kWh: qué son, en qué se diferencian y cómo influyen en un coche eléctrico

La unidad de medida más utilizada para definir la potencia de un coche con motor de combustión es el caballo de vapor o CV. Sin embargo, el auge de los coches eléctricos ha popularizado otra unidad: el kilovatio o kW. Te contamos qué es y qué lo diferencia del kWh.

No podemos entender adecuadamente el funcionamiento y las prestaciones de un coche eléctrico si no conocemos las unidades de medida que definen su rendimiento. Entre ellas destacan dos: el kilovatio (kW) y el kilovatio/hora (kWh), que no son equivalentes.

Qué es un kW

El kilovatio o kW define la potencia nominal de un equipo eléctrico, en este caso el motor de un vehículo. Esta equivale a 1000 vatios y se utiliza mayoritariamente porque 1 vatio es una medida excesivamente pequeña.

Al ser una unidad de potencia, el kW es equiparable al caballo de vapor (CV), la unidad de medida utilizada habitualmente para los motores de combustión. En concreto, un kW equivale a 1,3596 CV. ¿Quieres pasar de CV a kW y viceversa de manera sencilla e instantánea? Utiliza esta práctica calculadora.

Qué es un kWh

El kilovatio/hora es una unidad de medida que no guarda relación directa con la potencia. Decimos esto porque en realidad el kWh es una unidad que mide la acumulación de energía. Más concretamente, 1 kWh (1000 Wh) determina la cantidad de energía utilizada para mantener en funcionamiento un aparato eléctrico de 1 kW de potencia durante una hora.

Para entender esto mejor con ayuda de un ejemplo práctico, imagina que enciendes un horno de 2000 W (2 kW) de potencia y lo utilizas durante una hora. En ese caso, el consumo del mismo habrá sido de 2 kWh. En cambio, si ese mismo aparato ha sido utilizado durante 4 horas, el consumo habrá sido de 8 kWh.

El consumo de energía de un coche eléctrico se mide en kWh.

Simplificando mucho, los kWh en un coche eléctrico son los equivalentes a los litros de combustible que consume un vehículo con motor de combustión.

De igual modo, los kWh nos sirven para determinar la capacidad (como los litros de combustible que caben en un depósito) que tiene una batería. En este caso se suelen utilizar como referencia los kWh consumidos en 100 km (kWh/100 km). Es decir, la energía consumida por el vehículo para recorrer esa distancia.

La potencia de carga

Como ya hemos dejado claro, el kW es una medida de potencia. Esto quiere decir que la potencia de carga de los cargadores que utilizamos para cargar un coche eléctrico también se mide en kilovatios.

A grandes rasgos, existen cuatro tipos de carga en función de la potencia, así como otros cuatro (modos 1 a 4) en función de los requisitos de modelos de carga:

  1. Carga convencional
  2. Carga semirrápida
  3. Carga rápida
  4. Carga ultrarrápida

En este artículo puedes aprenderlo todo sobre los tipos de carga que existen en el mercado y qué potencia ofrece cada uno de ellos.

Qué influye en el tiempo de recarga

La potencia de carga influye de manera directa en el tiempo necesario para recargar la batería. Pero, para determinar el tiempo de carga de un vehículo, debemos tener en cuenta varios factores.

En primer lugar, la capacidad de la batería, que como ya hemos dicho se mide en kWh. Cuanto mayor sea esta capacidad, más tardaremos en ‘llenarla’.

También es importante la potencia de carga del sistema. Esto depende de la conexión de red eléctrica, pero también del cargador del vehículo y del propio punto de recarga.

La autonomía de un vehículo, así como la velocidad de carga, depende de varios factores. Foto: Unsplash

Pongamos como ejemplo que la red eléctrica tiene una potencia de 4 kW, mientras que la del punto de carga y la del cargador del vehículo es de 7 kW. Como la potencia de carga siempre es la menor disponible, el tiempo de la operación dependerá de esos 4 kW que es capaz de suministrar la red eléctrica.

Finalmente, el tiempo de carga también dependerá de la potencia máxima que la instalación puede entregar. Si esta, por ejemplo, cuenta con una potencia máxima de 8 kW y varios vehículos o aparatos están conectados a ella, esa cantidad se repartirá entre ellos y, por tanto, la potencia de carga recibida por ellos será menor.

Finalmente, otros factores que también influyen en el tiempo de carga son la temperatura ambiente (el frío es especialmente perjudicial), la hora del día (horas de mayor consumo de la red), el tipo de conector (Schuko, Mennekes, CHAdeMO, etc) y, obviamente, el nivel de batería con el que cuenta la misma en el momento de iniciar la recarga.

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