El coche autónomo tendrá en la confianza del consumidor su principal barrera a superar
En los últimos años hemos visto como los fabricantes se han lanzado a una carrera por crear coches capaces de conducirse por su propia cuenta. Son los conocidos como coches autónomos. Vehículos dotados con lo última en tecnología, que pueden moverse por las carreteras sin nuestra ayuda.
Pero una vez superados los retos tecnológicos, que permitirá que uno de estos coches se pueda desplazar con total seguridad, los fabricantes se enfrentarán a un reto inesperado. La confianza de los consumidores.
A pesar de que la conducción autónoma hace tiempo que convive con nosotros, con líneas de metro donde no hay conductor, o sistemas que nos permiten mantener la velocidad de nuestro coche, con capacidad para adaptar la velocidad según la velocidad del tráfico, los consumidores se muestran reacios a dejar el control total al vehículo.
Una encuesta realizada por un equipo de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, ha desvelado que sólo el 15.6% de los entrevistados estarían dispuestos a moverse en un coche autónomo. El 40.6% estaría dispuesto a tener alguna ayuda, y un importante 43.5% prefiere tener el control total del coche.
Esto debería servir a los fabricantes como Nissan, con su LEAF autónomo, Renault, Google, Tesla… y otros muchos, que además del desarrollo de la propia tecnología, tal vez sería necesario comenzar un trabajo educativo mostrando el enorme potencial que el coche autónomo tendrá para nuestra sociedad.
Una tecnología que permitirá reducir de forma importante los accidentes en la carretera, que cada año cuesta la vida a millones de personas en el mundo, muchas de las cuales fallecen por culpa de un error humano que podría evitarse o minimizarse con esta tecnología.
Vía | Arstechnica