Carlos Ghosn, máxima autoridad de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, fue el primer alto ejecutivo de una compañía de automóviles tradicional en apostar por el coche eléctrico. Nada que ver con la apuesta de General Motors por el coche eléctrico con extensor de autonomía (Chevrolet Volt), o el producto minoritario que fue el Tesla Roadster. En 2010, Nissan ya ofrecía un compacto eléctrico relativamente asequible, el LEAF, mientras que en 2012 Renault contaba con una gama eléctrica formada por 4 modelos (Twizy, ZOE, Fluence ZE y Kangoo ZE).
Gracias a esta temprana apuesta, la Alianza goza de una enorme ventaja competitiva frente a sus rivales. Suyos son el eléctrico más vendido del mundo (Nissan LEAF) y de Europa (Renault ZOE). Los planes de la Alianza a largo plazo pasan por superar a BYD como mayor fabricante de coches eléctricos mundial para 2025, así como expandir su gama cero emisiones por todo el mundo, incluidos mercados emergentes como la India, China o Brasil, donde venderán un derivado eléctrico del Renault Kwid a un precio de 8.000 dólares.
Para conseguir sus objetivos, la Alianza tendrá que someter a sus modelos eléctricos a una reducción de costes muy elevada, que se conseguirá gracias a que para 2022 el 70% de los eléctricos del grupo compartirán plataforma, motores, baterías, inversores y electrónica. Algo que permitirá una enorme reducción de precio.
A día de hoy, la joya de la corona de la gama ZE de Renault es el ZOE, un pequeño utilitario que se ha convertido en un superventas dentro del mercado eléctrico, eclipsando en Europa a su hermano Nissan LEAF. Sin embargo, el modelo actual no aguantará eternamente, por lo que su segunda generación llegará a finales de 2019, poniéndose a la venta con toda probabilidad a principios de 2020.
El ZOE II se asentará sobre la nueva plataforma modular eléctrica de la Alianza, conocida como CMF-EV. Para llegar a un mayor número de consumidores, aumentará ligeramente su tamaño: pasará de medir 4,08 metros a 4,25, abandonando el segmento B y convirtiéndose en un compacto del segmento C. Así, su espacio interior y su maletero (¿400 litros?) crecerían de acuerdo con lo anunciado por el grupo, pues la plataforma CMF-EV permite un mejor aprovechamiento interior.
Esto le permitirá competir de tú a tú con el Volkswagen ID, así como compartir absolutamente todo con el LEAF III, que llegará en 2021 (recordemos que el actual LEAF de segunda generación es un profundo restyling del de primera, por lo que su vida comercial será corta). Una solución que ya hemos visto con los Nissan Qashqai/Renault Kadjar y Nissan Micra/Renault Clio.
Se estima que la potencia del ZOE rondará los 150 cv, para mejorar la eficiencia a altas velocidades. Tomaría algunas de las soluciones aerodinámicas del EOLAB Concept, mientras que seguirá recurriendo a unas baterías de origen LG Chem.
Probablemente se ofrezca con dos capacidades: una más asequible, de alrededor de 40 kWh útiles (Renault es de las pocas marcas que da la capacidad útil de sus baterías) y una autonomía bajo el realista ciclo WLTP de 300 km, así como otra de 60 kWh útiles que le permitirían superar los 400 km WLTP por carga, acercándose a los 450 km. Teniendo en cuenta que Renault anunció que sus coches contarían con una autonomía de más de 400 km para 2020, las cifras encajan.
Se ha confirmado que ofrecerá carga rápida bajo el formato CCS Combo (probablemente a 150 kW de potencia), y que mantendrá la carga en corriente alterna de hasta 22 kW, pues es un tipo de potencia muy común en los hogares del centro y del norte de Europa.
Su interior sufriría una profunda evolución, siguiendo los nuevos conceptos de la marca: el salpicadero estaría presidido por una enorme pantalla en forma de L, que englobaría la instrumentación, el sistema multimedia y el climatizador. Además, su calidad interior aumentaría en consonancia con la mejora que han experimentado los Renault en los últimos años.
Contaría con un sistema de conducción autónoma de nivel 2, similar al que estrenará el Clio V en 2018 y al ProPILOT que ya monta el Nissan LEAF. Además, podría llegar una rumoreada versión RS más deportiva, que serviría como imagen de la gama. Si bien la plataforma CMF-EV puede albergar un motor eléctrico por eje, permitiendo tracción 4×4, es probable que por costes no veamos esta opción en el ZOE, quedando reservada para los SUV eléctricos de la Alianza.
Por último, el precio. En palabras de varios mandatarios de la Alianza, las sinergias que se conseguirán en la próxima generación de eléctricos supondrán no sólo aproximarse a la rentabilidad de los coches de combustión, sino también una disminución de su precio de un 20%. Esto podría dejarnos un ZOE compacto con un precio cercano a los 25.000 euros, antes de ayudas y con las baterías en propiedad.
En vuestra opinión, ¿quién se llevará el gato al agua en el mercado europeo? ¿El Renault ZOE II o el Volkswagen ID? La respuesta, en apenas un par de años.
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