¿Deben los híbridos enchufables recibir las mismas ayudas que los eléctricos puros?

Un serio debate se está apunto de poner en marcha respecto a las ayudas a la adquisición de los vehículos impulsados por electricidad motivado por el rumor de que Nissan podría estar planteándose la inclusión de un extensor de autonomía en su gama de coches eléctricos. ¿Deben los eléctricos dotados de un motor térmico poder acceder en las mismas condiciones a las ayudas públicas para su adquisición o deberían ocupar un escalón inferior?

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Aunque los eléctricos y los híbridos enchufables partan de la misma base, su uso real difiere de una forma sustancial ya que mientras los primeros no emitirán de forma directa ni un solo gramo de CO2 a la atmósfera, los híbridos enchufables podrán funcionar totalmente en modo gasolina si su propietario no se encarga de conectarlo a la red eléctrica cada vez que termina con los, como mucho 65 kilómetros de su batería. Incluso se especula que el Opel Ampera tendrá en Europa una opción para desactivar el modo eléctrico a gusto del conductor, momento en el que se convertirá en un coche impulsado por gasolina más.

Prius Enchufable, 20 kilómetros de autonomía eléctrica, 5.000 euros de ayuda.

Por supuesto de lo que no creemos que exista lugar al debate es en que el gobierno debería poner punto final a las ayudas para la adquisición de vehículos gasolina o diésel y también seguramente hemos llegado al punto de que las ayudas a los vehículos híbridos paralelos deberán ir desapareciendo al tratarse de vehículos totalmente integrados en nuestra cultura automovilística.