Esta semana el propio Elon Musk ha admitido que ha tenido contactos con los jefes de Apple. De momento nada se sabe de esas conversaciones, pero han sido la culminación a una serie de rumores que han comenzado ya hace unos cuantos meses.
La realidad es que Tesla se enfrenta a una labor titánica, la de aumentar la producción de su fábrica. Todo para atender una demanda que de momento supera a esta producción. Pero esto es sólo una pequeña parte de los retos a medio plazo de un fabricante que a pesar de estar haciendo las cosas casi a la perfección, se enfrenta un desafíos ante los que podría necesitar un socio adinerado.
Lo más urgente para Tesla es acelerar el ritmo de producción del Model S. Se espera que para finales de año se alcancen las 1.000 unidades por semana, algo que necesitará seguir invirtiendo en la planta de Fremont, de donde hasta ahora salen todos los Tesla fabricados.
Pero a finales de año debería llegar el segundo miembro de la familia. El Model X. Este ocupará una parte de las instalaciones y a pesar de compartir gran parte de los componentes con la berlina, el todocamino necesitará una atención especial por parte de un personal que ya trabaja una cantidad de horas semanales considerables.
Hasta aquí Tesla podría manejar la situación sin demasiadas complicaciones. La cuestión será la tercera generación. El modelo económico que llegará en tres años, y lo hará de la mano de una producción que multiplicará por tres la actual. Para llevar adelante este proyecto, Tesla necesitará seguir aumentando el equipamiento de su fábrica, pero sobre todo necesitará más baterías.
Aquí es donde Apple, con su billetera a rebosar, podría entrar como socio económico. Sería una forma de ampliar la capacidad de Tesla, pero sin perder esa esencia americana de la que tanto les gusta presumir. Para Apple, sería un golpe mediático, al hacerse con una marca en la cresta de la ola publicitaria, y que además cuenta con una pequeña cartera de patentes que en pocos años podrían convertirse en elementos muy valiosos.
La cuestión es ¿compra o asociación?. Aquí es donde residirá la clave de este acuerdo, que podría permitir acelerar su crecimiento, y convertirse en uno de los grandes fabricantes norteamericanos. La compra se antoja algo complicado, sobre todo por el elevadísimo valor de Tesla, no olvidemos un fabricante que apenas vende 20 o 30 mil unidades cada año.
Por otro lado, el dinero no debería ser problema para Apple, una compañía con más efectivo que muchos países desarrollados.
Vía | Autobloggreen