Ballard Power Systems es una empresa norteamericana, dedicada a la fabricación de pilas de combustible de hidrógeno. Esta se encuentra en el centro de todas las miradas, por que en el último año ha vivido un crecimiento desaforado de sus acciones. Todo a pesar de que la tecnología no ha logrado una cuota de protagonismo importante.
Pero una caída repentina de los títulos de Ballard ha provocado que John Sheridan, presidente ejecutivo, haya tenido que salir a la palestra para explicar cual será su estrategia de futuro, un futuro donde no ve esta tecnología aplicada a los automóviles.
Según el ejecutivo, los grandes vehículos, como autobuses y camiones, así como las carretillas elevadoras, torres de comunicaciones e incluso zonas rurales aisladas y que no tengan fácil acceso a la electricidad. Estos serán según Sheridan el mercado de las pilas de combustible de hidrógeno a corto y medio plazo.
Ballard se ha centrado en estos sectores, donde parece que el hidrógeno si tendrá cuota de mercado. Al mismo tiempo Ballard se ha alejado de los acuerdos alcanzados en su momento con fabricantes como Daimler o Ford.
Es evidente que nadie conoce el futuro. Pero cuando una de las empresas más veteranas en la comercialización de esta tecnología dice que las pilas de combustible no tienen sentido en los coches, es evidente que algo sabe. Puede que sea el elevadísimo coste del sistema, o el precio del kilo de hidrógeno, o una vida útil menor de lo esperado. Puede también que la competencia les superen en su nivel de desarrollo, otra posibilidad.
Lo que si está claro es que cada vez más voces indica que el hidrógeno no será el futuro de la automoción. Incluso el propio presidente del grupo Daimler, el Dr Dieter Zetsche, aseguraba en unas declaraciones a la prensa, que al menos durante la próxima década, los coches a hidrógeno serán decepcionantes.
Vía | Bloomberg
