Las mentiras del coche a hidrógeno
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Publicado: 18/12/2014 11:55
Como muchos sabréis este próximo año Toyota lanzará en algunos mercados su primera propuesta en el sector del coche a hidrógeno, el Toyota Mirai. Un modelo que cuenta con sus defensores y detractores. Unos modelos que basan su apuesta en la autonomía y rapidez de repostaje.
Pero Toyota ha echado más leña al fuego de la discusión de si esta es una tecnología realmente interesante para el transporte privado, o sólo una forma de cumplir con la normativa al mismo tiempo que se retrasa la inversión en coches eléctricos a batería.
La culpa la tiene de nuevo un vídeo. Ultimanente Toyota no para de dejar joyas en la red, como el vídeo de Lexus burlándose del BMW i3. Ahora el turno le ha llegado al Toyota Mirai, que en el último spot del fabricante japonés la voz en off asegura que el primer modelo a hidrógeno de Toyota cuenta con la menor cifra de emisiones del mercado. Menos incluso que los eléctricos.
Sin duda es una forma bastante agresiva de promocionar una tecnología que como decimos, de momento sólo estará disponible en algunos mercados, como California.
Pero decir que usar una pila de combustible de hidrógeno es más limpio que un coche eléctrico a batería es cuando menos cuestionable. Esto se debe principalmente a que el hidrógeno con el que funcionan este tipo de vehículos se consigue principalmente del gas natural mediante un proceso que libera cantidades importantes de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
La cuestión es que no sólo no son más limpios que los eléctricos, sino que algunos estudios indican que incluso tienen más impacto que la mayoría de los coches con motor de combustión. Un análisis realizado por la Union of Concerned Scientists, producir hidrógeno partiendo de gas natural se emite más o menos el mismo dióxido de carbono que el que emite un coche con un consumo de 15 kilómetros por litro de gasolina (6.6 litros a los 100 kms).
Por supuesto existen formas más limpias de producir hidrógeno, como con el sistema de hidrólisis mediante sistemas renovables. Pero además de ser un sistema más caro, resulta hasta cierto punto absurdo ya que se trata de producir electricidad para posteriormente usarla de nuevo para producir hidrógeno. Un proceso donde se producen una pérdida de parte de esta energía. Una pérdida que se ha estimado en 4 kWh para la producción de un equivalente a 1 kWh en hidrógeno.
Por lo tanto bienvenida cualquier tecnología que nos permita reducir nuestra dependencia de los motores de combustión interna. Pero flaco favor le hacen fabricantes como Toyota que quieren convencernos con argumentos más que cuestionables que no hacen más que plantear serias dudas del verdadero objetivo de esta estrategia en la que es prácticamente el único fabricante que lo ha apostado todo a una carta.
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