En Hong Kong el gobierno de la ciudad ha diseñado un nuevo programa de incentivos para lograr incrementar las ventas de coches eléctricos. Un sistema que nos recuerda poderosamente al utilizado por Noruega, que ha tenido como resultado una explosión de ventas. Y no es para menos.
La clave es una exención de impuestos. Unos impuestos totalmente salvajes que graban a los coches particulares con hasta el 100% de su valor. Algo pensado para una ciudad masificada donde tener un coche es un verdadero lujo.
Esta política ha dado como resultado que un coche eléctrico sea más barato que un equivalente con motor de combustión. Incluso el Tesla Model S se ha convertido en un coche accesible y económico.
Como ejemplo tenemos esta tabla, que muestra los precios en dólares de Hong Kong. En ella se puede ver el precio antes de impuestos de un pequeño Mercedes Clase A, una berlina, el Mercedes Clase E, y un Tesla Model S 70D. Antes de impuestos el Tesla cuesta el doble que el Clase A, y algo más que el Clase E. Pero una vez aplicados los impuestos, la cosa cambia de forma radical.
Como vemos el Clase A ve como su precio se incrementa un 68% «gracias» a los impuestos, pasando de los 38.200 euros, a 61.000 euros. Por su parte el Clase E pasa de los 68.700 euros a unos 123.000 euros, un 79% más. En el otro lado de la balanza encontramos el Tesla, que ve como sus 75.400 euros no se mueven gracias a la exención de impuestos, lo que le permite tener un precio apenas un 23% más que el pequeño Clase A, y un 38% menos que el Mercedes.
El resultado es un incremento de ventas de los coches eléctricos, que ha pasado de apenas unas decenas de coches cada año, a las 2.000 que se espera se alcancen este año. Esto además ha convertido a Hong Kong en el tercer mercado por cuota de este tipo de coches, con un 2.3%, sólo por detrás de Noruega y Holanda.
Pero sólo con incentivos económicos no es suficiente para lograr un nivel de ventas robusto. La ciudad se ha gastado importantes sumas de dinero instalando puntos de recarga. Este despliegue ha llevado a poner en marcha un total de 1.200 estaciones en la ciudad, una proporción de dos coches por cada punto. Algo que puede sonar a exagerado, pero hay que tener en cuenta que en Hong Kong el acceso a la recarga en las viviendas no es sencillo por la densidad y por la existencia mayoritaria de edificios comunitarios, lo que hace imprescindible la instalación de puntos en las calles.
Pero se trata de otro ejemplo que las ayudas pueden servir para vender algunos coches, pero si queremos que realmente los eléctricos sean interesantes más allá de los más entusiastas, hay que implementar medidas que los hagan realmente mas más atractivos. Por ejemplo, reduciendo su diferencia de coste con sus rivales con motor de combustión mediante un sistema impositivo que beneficie a los eléctricos.
Vía | QZ