Francia analiza el potencial del coche a hidrógeno y planea abrir 100 hidrogeneras
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Publicado: 12/09/2015 08:00
Después de poner uno de los programas más ambiciosos para la promoción del coche eléctrico, ahora Francia se plantea ampliar su soporte también a los coches a hidrógeno. Para ello se ha puesto en marcha un plan que estará dirigido por el Consejo General de la economía (CGE) y el Consejo General de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible (CGEDD).
El objetivo es analizar el potencial del transporte por carretera mediante hidrógeno, y estudiar los costes y las posibilidades de crear una red de repostaje. Según sus promotores «La idea es saber cómo debe posicionarse Francia en este sector, y pensar cómo desarrollar un suministro a nivel nacional. EE.UU, Japón o Corea están muy por delante en este aspecto«.
Algunos protagonistas en el sector del hidrógeno, como Fabio Ferrari, director general de Symbio FCell, muestran su optimismo por lo que consideran un cambio de mentalidad del gobierno francés, hasta ahora centrado en el coche eléctrico a batería.
Desde el gobierno se indica que el coche a hidrógeno tiene algunos obstáculos que dificultan su desembarco. El primero es el precio de las imprescindibles infraestructuras de repostaje. En torno al millón de euros cada una, que se suman a los costes de transporte y mantenimiento. Esto choca con la caída de los precios de los carburantes fósiles, que hacen menos atractivo a nivel económico al hidrógeno.
Esto tiene como resultado que en estos momentos apenas existan 5 hidrogeneras en toda Francia. Un número que crecerá en 10 más el próximo año, y con el objetivo de alcanzar las 100 estaciones para 2018. Una cifra realmente optimista, sobre todo en un mercado donde la oferta de coches es casi nula.
Para las empresas del sector, la idea no es atacar el mercado del comprador particular. El objetivo es meterse en el mercado profesional, como el transporte o el taxi, usuarios que no necesiten una extensa red de repostaje, y que puedan regresar a su base cuando necesiten más combustible.
Pero lo que este informe pone sobre la mesa, es que la dependencia del hidrógeno de las ayudas públicas será incluso mayor que el necesario para el coche eléctrico. Los vehículos son más costosos, y las infraestructuras son infinitamente más caras y complejas. Algo que se traduce en mucho más dinero para lograr una mínima implantación.
Y todo en un mercado, el francés, donde los fabricantes locales no han apostado por el hidrógeno. Entre los planes de Renault, o el grupo PSA, no hay planes para lanzar un coche a hidrógeno, lo que puede hacer que el apoyo público sea más tímido de lo necesario para el despegue a corto o medio plazo de la tecnología.
Vía | Les echos