El coche de hidrógeno se hunde, adiós al sueño de la pila de combustible
Las bajas ventas de coches de hidrógeno y la pérdida de interés del hidrógeno verde debido a su elevado coste están reduciendo la viabilidad de la pila de combustible como alternativa a las baterías en el sector del automóvil.
Las ventas de coches de hidrógeno no terminan de despegar. A día de hoy, solo unos pocos fabricantes como BMW, Honda, Hyundai o Toyota continúan apostando por esta tecnología en el sector de los turismos, mientras que el resto de grupos han preferido centrarse en la electrificación directa mediante baterías, relegando la pila de combustible al transporte pesado.
En 2023 apenas se entregaron 16.413 FCEV (Fuel Cell Electric Vehicles) en todo el mundo, una caída considerable respecto a las 20.704 unidades despachadas el año anterior. En el primer semestre de 2024, los registros se hundieron un 34% interanual. La demanda en regiones como California se ha debilitado debido tanto a la escasa red de repostaje (que en lugar de aumentar está decreciendo debido al reciente cierre de las hidrolineras de Shell) como a los problemas de suministro de combustible, que además es muy costoso.
A pesar de que hace unos años numerosos países (entre ellos España) anunciaron importantes inversiones para incrementar la producción de hidrógeno verde (es decir, de origen renovable), actualmente solo representa el 0.3% de los 7.2 millones de toneladas de hidrógeno que se consumen en Europa de forma anual.
El motivo detrás de esta situación es que el hidrógeno verde (clave para lograr que los vehículos con pila de combustible sean realmente «cero emisiones») es mucho más caro de producir, por lo que se sigue apostando por otras técnicas de obtención menos sostenibles.
El año 2024 ha sido complicado para el Toyota Mirai, uno de los pocos coches de hidrógeno del mercado
Aunque el Toyota Mirai fue elegido como coche oficial de los Juegos Olímpicos de París 2024, esta decisión fue criticada por un grupo de 120 científicos que advirtió en una carta abierta al Comité Olímpico Internacional que la pila de combustible es una tecnología que, en la práctica, retrasa la descarbonización efectiva del sector del transporte.
Y es que, de acuerdo con el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), los FCEV requieren hasta tres veces más energía que un eléctrico a baterías equivalente. «La promoción de un coche de hidrógeno está científicamente en contradicción con los objetivos globales [de reducción] de emisiones de dióxido de carbono».
Este no es el único varapalo que ha recibido el Mirai en los últimos tiempos, ya que hace unos meses un grupo de propietarios y arrendatarios presentó una demanda colectiva en California acusando a Toyota de publicidad engañosa: si bien la marca japonesa anuncia que el repostaje de hidrógeno está «disponible, es sencillo y comparable al repostaje de gasolina», la realidad dista mucho de ser así.
Fuente | Caradisiac