Desde hace unas cuantas décadas, un elemento acompaña a los coches tal como los conocemos. Los retrovisores. Unos elementos que nos permiten ver lo que viene por nuestra retaguardia, y que han sido un accesorio de seguridad muy importante. Pero como todo, la tecnología avanza y hace que ya existan alternativas mejores.
El principal problema para que estos nuevos sistemas de extiendan residen en las normativas de los diferentes estados. Unas legislaciones que de momento no permiten, salvo contadas excepciones, sustituir los retrovisores por elementos como las cámaras.
Ahora Japón ha roto por primera vez este dogma, aprobando la primera normativa que permitirá fabricar coches sin retrovisores por espejo. Un primer paso que esperamos sirva de ejemplo a otros estados para que sigan los pasos de los japoneses.
Los beneficios son muchos. El primero curiosamente es el incremento de la seguridad. Un ejemplo lo encontramos en el Chevrolet Bolt. Este cuenta con un espejo retrovisor tradicional, con espejo, pero en su interior la mismo tiempo esconde una pantalla. La idea es ofrecer una visión más clara y amplia de lo que nos precede. Una solución ingeniosa que aumenta de los 20 a los 80 grados en ángulo de visión, y que permite minimizar el problema de la poca visibilidad de la parte posterior en el Bolt por culpa de la pequeña luna y el diseño de la caída del techo.
Además las cámaras pueden colocarse en prácticamente cualquier lugar del coche. Esto permite ampliar el campo visual. Otra de sus ventajas son que no producen deslumbramientos, permiten reconocer el estado del tráfico mediante funciones de asistencia a la conducción, son mucho menos susceptibles de ensuciarse, mejoran la visibilidad al amanecer, al atardecer y con lluvia.
Además para los que están preocupados por la suciedad, ya hay en marcha sistemas que permiten la autolimpieza de estas cámaras.
A esto también podemos añadir otros beneficios, como la menor exposición a pequeños impactos y actos vandálicos, que suelen tener en los retrovisores sus principales víctimas. Algo que con la modernización de los mismos, motores, sistemas térmicos…etc, los han convertido en elementos muy costosos.
Pero sin duda para nosotros lo más importante será la reducción del consumo. Algo clave en los coches eléctricos. Según los expertos, eliminando los retrovisores exteriores obtenemos la ventaja de reducir la resistencia aerodinámica del vehículo. Con un menor valor Cx (coeficiente aerodinámico), el consumo se reduce, así como los ruidos.
Veremos ahora si el resto de mercados siguen la tendencia, o todavía tendremos que esperar unos cuantos años más para poder decir adiós a los retrovisores tal como los conocemos.
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Vía | Autonews
