En Francia no se andan con minucias cuando se trata de combatir el diésel. París ya puso en marcha el pasado mes de julio una normativa que prohíbe a los modelos diésel o gasolina matriculados antes de 1997 acceder al centro de la ciudad. Un tipo de normativa que se va extendiendo por Europa y que ahora quiere emular, por ejemplo, Barcelona.[blocktext align=»right»]
La contaminación del aire es responsable de 430.000 muertes al año en Europa[/blocktext]
El primer ministro francés Manuel Valls ya dijo en 2014 que los coches diésel eran un error y que el gobierno se encargaría de corregir ese error progresivamente. La principal medida para corregir este error es el famoso Superbonus, el cual da una ayuda de 10.000 euros para la compra de un coche eléctrico si entregas un diésel superior a 10 años. Ahora, el gobierno francés ha declarado que no descarte prohibir la ventas de vehículos diésel a Renault y Volkswagen si las compañías no responden a más preguntas sobre las emisiones de sus coches, salpicados por sendos escándalos.
La ministra de medio ambiente Segolene Royal dijo la semana pasada que Francia quiere más información acerca de estos escándalos. «Vamos a pedir a los defensores del consumidor y a los fiscales que nos comuniquen cualquier hallazgo que nos permita establecer, si es necesario, prohibiciones en las ventas.»
La ministra Royal también ha declarado en el reciente evento de la COP22 en Marrakesh que las políticas medioambientales de Donald Trump serán «absolutamente catastróficas» y debilitarán las posición de Estados Unidos en el mundo. «China puede tomar el papel de Estados Unidos«.
Parece que en Francia se han tomado más en serio el escándalo de las emisiones de los coches diésel, que en otros países europeos. Hay que recordar que los consumidores han sido engañados en la venta de sus coches, un engaño que además paga toda la sociedad en forma de aire contaminado. Y jugar con la salud de las personas debería tener sus consecuencias.
Fuente | Autoblog
