El estado de California quiere 4,2 millones de coches eléctricos en la carretera para 2030
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Publicado: 23/01/2018 10:59
El plan contra el cambio climático del estado de California pretende reducir sus emisiones hasta un 40% por debajo de los niveles registrados en 1990. Dicho objetivo quieren alcanzarlo en el año 2030. Para lograr esto, deberá haber una electrificación masiva de los distintos medios de transporte. Aunque California es el segundo mercado mundial para los vehículos eléctricos, por detrás de China, el sector del transporte continúa siendo el que más emisiones genera en dicho estado. Por ello, en California se han marcado el objetivo de tener en la carretera 1,5 millones de vehículos eléctricos en 2025 y 4,2 millones en 2030.
Aun así, este ambicioso objetivo cuenta con algunas incertezas. Por ejemplo, las tarifas de los coches eléctricos todavía no han alcanzado la paridad con sus homólogos de explosión y tampoco se puede predecir cuando el usuario estándar abrazará la nueva tecnología.
Dicho plan contempla una mezcla de regulaciones, inversiones e incentivos para hacer del vehículo eléctrico la principal opción para los consumidores. Las dos regulaciones más importantes son el mandato de ventas de vehículos eléctricos del Estado de California (EV) y el estándar de combustible bajo en carbono (LCFS). Ambas regulaciones incluyen incentivos para fomentar la bajada requerida del nivel de emisiones a la atmósfera.
El mandato de ventas (EV) establece objetivos mínimos de ventas para los fabricantes, mientras que el LFCS requiere una disminución constante de las emisiones relacionadas con el carbono en los medios de transporte, contando, obviamente, con la electricidad como combustible de muy bajo carbono gracias a la apuesta por las energías renovables en California.
El mandato LFCS requiere, para 2020, una reducción del 10% en los niveles de carbono relacionados con los medios de transporte respecto a los niveles de 2010. Dicha reducción será del 18% para 2030. El mandato EV requiere un porcentaje de ventas de vehículos eléctricos de un 15% para 2025.
California cuenta con un estatus único en los Estados Unidos, ya que se permite una aplicación de políticas ambientales más estrictas. Además, dicho estado está aplicando incentivos para fomentar el vehículo eléctrico con ayudas que oscilan entre los 2500 y 5000 dólares, financiadas mediante dinero procedente de las subastas estatales de derechos de emisión de carbono. Estos ingresos también se utilizan para la compra de autobuses eléctricos, con una partida de 180 millones de dólares para fomentar un transporte público con bajas emisiones de carbono.
El estado de California también pretende tener una infraestructura de recarga capaz de dar servicio a un millón de vehículos eléctricos en 2020, encontrándose actualmente ante una gran oleada de nuevas inversiones lideradas por las compañías eléctricas, que están instalando en la actualidad 20.000 nuevos cargadores para vehículos eléctricos. El acuerdo alcanzado a raíz del escándalo de las emisiones de Volkswagen, es otra fuente de fondos que proporciona 800 millones de dólares en inversiones para California durante los próximos 10 años. Las primeras inversiones ya están financiando la instalación de entre 2.000 y 3.000 nuevos cargadores.
Aun así, existen grandes incógnitas sobre la forma óptima de gestionar la red de carga. Hay diferentes opciones de cargadores con distintas capacidades de carga, de forma que en la actualidad, sólo un 10% de los cargadores de la red de California son de tipo rápido. Si bien los propietarios con garajes podrán cargar la mayor parte del tiempo en su propio hogar; se plantea la cuestión importante sobre la mejor manera de atender a los conductores que habitan en los edificios de apartamentos (aproximadamente el 50% de la población de California) y que no cuentan con garaje privado.
La aparición de la movilidad como servicio (Uber o Lyft) puede ayudar a resolver el problema planteado en el párrafo anterior. Un mayor uso de vehículos compartidos constituye la solución más eficaz para la electrificación en el transporte, ya que éstos tienen tasas de uso mucho más elevadas que los vehículos privados, que permanecen inactivos el 96% del tiempo, pudiendo ofrecer servició de movilidad en todo momento.
Mientras, aunque se ha mencionado la posibilidad de prohibiciones destinadas a la circulación de vehículos de combustión al estilo de las principales capitales europeas, no se ha hecho ningún movimiento al respecto, destinando todos los esfuerzos a una transición al coche eléctrico de forma factible y beneficiosa para todos.
La estrategia de California se basa en un sistema que combina legislación, inversión e incentivos. Los fabricantes de automóviles deberían ver dicha estrategia medioambiental como una razón más para intensificar sus esfuerzos en el desarrollo de vehículos eléctricos, ya que está claro que este estado, el mayor mercado automotriz de la nación, presionará para que los vehículos eléctricos sean la nueva norma para la próxima década.