¿Quieres estar informado diariamente con las últimas novedades del mundo del motor?

Ahora no Permitir

Cuántos recursos se consumen al viajar con un coche eléctrico dependiendo de la fuente de energía utilizada para su carga

Cuando hablamos de un coche eléctrico, siempre se nos vienen a la mente conceptos como «energía limpia», «respeto por el medio ambiente», «cero emisiones» y un largo etcétera. Y en parte este planteamiento es correcto, los vehículos impulsados por energía eléctrica no emiten gases nocivos a la atmósfera ya que para su funcionamiento no necesitan quemar combustibles fósiles, que por otro lado son recursos limitados y finitos. Pero, ¿de dónde sale esa electricidad que utilizan para cargar sus baterías?

Bloomberg ha realizado un estudio sobre el gasto energético durante un viaje de 1.000 millas a bordo de un coche eléctrico utilizando diferentes fuentes de energía para su transformación en electricidad que alimente las baterías del vehículo, comparándolo con el gasto de gasolina de un coche estándar norteamérica como es el Chevrolet Impala. Dependiendo del tipo de energía que se utilice, el coche eléctrico no es tan limpio como parece, como ya avanzábamos en otro estudio sobre la contaminación emitida en la fabricación de un coche eléctrico. A continuación vamos a detallar una serie de claves con los diferentes métodos de obtención de electricidad.

Carbón

El estudio toma como base un modelo eléctrico muy común en Estados Unidos, el Tesla Model S, para la realización de los cálculos en cuanto a consumo y eficiencia. Para un viaje de 1.000 millas se toma como consumo medio unos 33 kWh por cada 100 kilómetros, por lo que en todo el viaje, tomando que la electricidad de las baterías se ha obtenido con la quema de carbón, se han gastado 130 kilogramos de carbón en una central térmica. A esto hay que añadirle que estas plantas tienen una eficiencia energética del 35%, y que aproximadamente un 10% de la energía generada se pierde en el transporte por culpa del efecto Joule.

 

Aún así, sigue siendo menos contaminante un coche eléctrico que un equivalente de gasolina, ya que con la quema de esa cantidad de carbón se emiten a la atmósfera unos 310 kilogramos de CO2 frente a los 350 kilogramos emitidos durante el trayecto por su homólogo con motor de combustión. Todo esto sin contar las emisiones producidas por la transformación del crudo en combustible refinado. A esto hay que añadir que el coche eléctrico almacena y recarga energía durante el frenado o retención del mismo, lo que le hace aún más eficiente frente al vehículo convencional.

Gas Natural

En cuanto a la producción de electricidad mediante la quema de gas natural, este procedimiento es mucho más eficiente que la quema de carbón, en torno a un 50% de eficiencia energética. Para un viaje de 1.000 millas, es necesario quemar aproximadamente 71 metros cúbicos de gas, es decir, 71.000 litros. Con este proceso se emiten a la atmósfera unos 170 kilogramos de CO2, menos de la mitad de la cantidad emitida por un vehículo de gasolina para una carga completa de un coche eléctrico.

Energía solar

En el caso de la energía solar fotovoltaica, la diferencia es notable según la infraestructura que se utilice. Para una instalación de placas solares de una vivienda particular ubicada normalmente en el tejado, con una potencia de 10 kW, se necesitaría la energía equivalente a unos 7 días de sol para utilizar esa energía para recorrer las 1.000 millas de longitud del trayecto, teniendo en cuenta que por las noches no se obtiene luz solar y contando con periodos de nubes, lo que reduce la eficiencia de esta instalación a un 20%.

Si por el contrario se tiene una planta de captación de energía fotovoltaica con una cifra estándar de potencia, unos 25 MW, el tiempo para obtener la electricidad para el viaje se reduce a unos minutos. Teniendo en cuenta los mismos factores metereológicos que se han tomado en el caso de la vivienda particular, el tiempo de obtención de la energía se calcula en aproximadamente 4 minutos.

Energía eólica

Con la obtención de electricidad a través del viento hay que contar también con procesos metereológicos variables, con rachas de viento intermitentes que hacen que la producción de energía eléctrica no sea constante. Además, la cantidad resultante depende también del tamaño de turbina que se tenga en la planta. Por ejemplo, con una turbina de unos 2 MW y 80 metros de altura, como se pueden encontrar por decenas a lo largo de la geografía de nuestro país, se necesitaría poco más de media hora para tener la electricidad utilizada durante 1.000 millas de recorrido.

Tanto en el caso de la energía solar fotovoltaica como en el de la energía eólica, no se emite ni un solo gramo de dióxido de carbono para la producción de energía. Solo se tendría en cuenta en el caso de unos días de malas condiciones climatológicas, es decir, cielos cubiertos y ausencia de viento, donde se tendrían que activar otros métodos de quema de combustible para la generación de electricidad. Pero este caso es excepcional y mucho más difícil de contabilizar.

Como conclusión, se puede afirmar que, aún teniendo que utilizar electricidad proveniente de la quema de carbón (el método más contaminante) la emisión de gases de efecto invernadero como el CO2 es menor que si se utiliza un vehículo convencional con motor de combustión. Teniendo en cuenta estos datos, la apuesta por el coche eléctrico debe ser firme para combatir de una manera directa las causas del cambio climático.

Vía | Bloomberg

Compártelo: Compartir en WhatsApp Compartir en Menéame