Siemens recibe el apoyo del gobierno británico para acelerar la instalación de puntos de recarga en las farolas de Londres
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Publicado: 19/08/2018 09:56
En 2016 la alemana ahora parte del grupo Siemens, Ubitricity, comenzó un interesante proyecto que proponía la conversión de las farolas públicas en puntos de recarga para coches eléctricos. Una forma sencilla, económica y rápida de desplegar una red de carga lenta, pensada principalmente para aquellos residentes sin plaza donde instalar un punto privado.
Ahora este formato ha recibido un importante impulso por parte del gobierno de Reino Unido, que mediante el programa Go Ultra Low, ha concedido una ayuda de 3.7 millones de libras que servirán para acelerar la instalación de puntos en las farolas de ciudades como Londres.
Gracias a este apoyo, desde Siemens se indica que esperan lograr multiplicar el número de instalaciones en las calles de la capital británica, marcándose el objetivo de alcanzar las 1.150 farolas convertidas en punto de recarga para 2020.
Desde la empresa se indican los puntos fuertes de esta alternativa, como su menor coste, su menor impacto al no necesitar obra en la vía pública, y además su rapidez para ser instalados, ya que un operario apenas necesita menos de una hora para poner en marcha una nueva toma de Tipo 2 con una potencia de hasta 5 kW. La fracción de instalar un punto convencional y además aprovechando el mobiliario existente.
Este conector será accesible para los vehículos que aparquen al lado de la propia farola. Una instalación que estima puede tener un coste de unos 1.000 euros. Un precio bastante competitivo que permite poner en marcha en caso cualquier lugar de la ciudad.
En la actualidad hay un total de 300 de estos cargadores instalados en las calles de Londres, y que ofrecen una alternativa económica de recarga para los usuarios que no disponen de un cargador en su vivienda.
Para su uso el cliente tendrá que darse de alta en el servicio, normalmente ofrecido por la compañía eléctrica, y comprar un cargador especial que indican tiene un precio de apenas 50 libras por encima de un modelo convencional. Este cuenta con un contador que se encarga de medir cuanta electricidad estamos consumiendo. De esa forma al final de cada mes la empresa enviará al cliente la factura.
Para su uso, los interesados tendrán dos opciones:
- Comprar el cable de recarga con medidor, 199 libras, pagar una mensualidad de 7.99 libras y un coste de 15 céntimos de libra por kWh.
- Comprar el mismo cable con un precio de 299 libras, no tener suscripción, teniendo que pagar el kWh a 19 céntimos de libra.
Además cada sesión tendrá un coste añadido de 1 libra, y una penalización de 1 libra por hora si el cliente deja el coche conectado durante más de 24 horas.
Una opción sencilla, económica, y con bajo impacto visual para solucionar una de las principales barreras para la expansión del coche eléctrico entre aquellos clientes sin plaza de garaje.
Fuente | Siemens