Mientras que en España y otros mercados tenemos que estar pendientes de uno más o menos eficaces sistemas de ayudas, principalmente menos, en otros lugares se han dado cuenta que la mejor forma es la más sencilla. Tenemos el ejemplo de Noruega, que para muchos no es aplicable ya que no forma parte de la Unión Europea y puede usar estos formatos que eximen de cualquier impuesto a los eléctricos, pero algunos estados de la UE están applicando formatos similares, como el IVA reducido de Holanda, o las nuevas medidas de Dinamarca.
Los daneses han sido los últimos en sumarse a la reducción de impuestos, y desde enero de este año comprarse un coche eléctrico de menos de 400.000 coronas (53.000 euros) supondrá no tener que pagar el impuesto de matriculación correspondiente. Una tasa que además es extremadamente elevado para los modelos de combustión, con cifras que van desde el 25% al 150% según su precio y tasa de emisiones.
En la práctica esto supondrá que los precios de los coches convencionales se igualarán, e incluso superarán, los costes de comprarse un coche eléctrico. Un factor clave que sin duda ayudará a una explosión en la venta de eléctricos.
Por ejemplo, un BMW i3 cuesta en Dinamarca desde las 329.000 coronas, o 44.000 euros, mientras que un BMW Serie 3 gasolina parte desde las 465.000 coronas en su versión más económica, 62.200 euros al cambio. Un 41% más para el gasolina. En España, un Serie 3 parte desde los 38.600 euros, mientras que el BMW i3 lo hace desde los 39.900 euros. Prácticamente el mismo coste.
Otro aspecto llamativo es que gracias a este nuevo programa, el límite para no tener que pagar el impuesto de matriculación llega a las 400.000 coronas, o 53.500 euros al cambio. Algo que en la práctica supone que por ejemplo, el nuevo Tesla Model 3 Standard Range Plus pueda entrar en ese rango gracias a un precio que se queda en los 50.430 euros al cambio. Algo que como podemos ver, le permiten gozar de un coste muy por debajo del propio BMW Serie 3.
Esto sin duda supondrá una verdadera explosión de ventas y pone de manifiesto que la mejor forma de incentivar un coche eléctrico no es sólo con ayudas, sino con políticas que permitan acercar su precio al de los modelos con motor de combustión interna. Una barrera del precio que con los actuales sistemas de ayudas no se logra ya que suelen estar limitados en fondos y en tiempo, lo que provoca períodos de bajada que no compensan con las reactivaciones.
Un formato el danés que no tendría mucho impacto en España, ya que el impuesto de matriculación es muy bajo tal como podemos ver en la siguiente tabla, y donde vemos que la máxima diferencia entre un coche eléctrico y uno de combustión puede llegar como mucho al 14.75%, muy lejos del máximo del 150% de Dinamarca.
Un sistema que evita situaciones como la que estamos viviendo en España, donde apenas ocho comunidades autónomas se han suscrito al plan de ayudas del gobierno, Plan MOVES, lo que supone que los residentes de las restantes no tendrán ninguna ayuda este año, al igual que el pasado.
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