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Airbus abre un nuevo laboratorio en Shenzhen para impulsar la tecnología de baterías para vehículos aéreos eléctricos

La búsqueda de una batería con mayor potencial para aplicaciones tan intensas como la aviación es una carrera en la que ya se han involucrado algunos de los principales protagonistas del sector. Es el caso del consorcio europeo Airbus, que ha puesto en marcha un laboratorio de baterías, donde está buscando impulsar una nueva generación de vehículos aéreos eléctricos.

Airbus ha seleccionado el Airbus China Innovation Center (ACIC) en Shenzhen como la ubicación de un nuevo laboratorio de baterías debido a que se sitúa en el epicentro mundial del desarrollo y producción de baterías, con Japón y Corea como líderes en la actualidad, pero donde China se sitúa muy cerca con un crecimiento que le permitirá hacerse con el 70% del mercado mundial en apenas dos años.

Inaugurado en agosto de 2019, el laboratorio no solo aprovechará el rico ecosistema de Shenzhen, el centro tecnológico de China, sino también el ecosistema de China y su contorno para probar baterías para una variedad de aplicaciones, desde propulsión eléctrica hasta sistemas eléctricos.

Según Airbus, las baterías han vivido un impresionante progreso en las últimas décadas. Pero al mismo tiempo existe un enorme potencial sin explotar que permitirá ampliar su radio de acción más allá de coches y motos. Un nuevo paso adelante que supondrá el desarrollo de nuevos materiales y combinaciones químicas que permitan elevar las cifras de densidad energética así como de seguridad y duración, clave en sectores como la aeronáutica.

Un desafío cuando hablamos de aviones es la seguridad. Una fuga térmica es una reacción en cadena imparable en una batería que provoca un sobrecalentamiento rápido y que puede provocar un incendio. No es habitual, pero lo hemos visto suceder en teléfonos móviles, ordenadores, e incluso algunos coches eléctricos. En 2016, millones de dispositivos electrónicos del fabricante coreano Samsung tuvieron que ser retirados del mercado después de que un fallo de la batería hizo que las unidades se sobrecalentaran y explotaran. Aunque el litio se considera la tecnología más efectiva actualmente disponible para las baterías recargables, este suceso ha provocado un profundo impacto en la industria que desde entonces ha emprendido una carrera por mejorar la seguridad de las baterías.

Para desarrollar nuevas soluciones que puedan aplicarse a la aviación comercial, el equipo de Airbus colaborará con socios locales en Shenzhen, como el fabricante chino BYD. El equipo también trabajará en estrecha colaboración con Airbus Battery, el equipo de TEIE en Toulouse que desarrolla nuevas soluciones de baterías para aplicaciones aeroespaciales.

Para Airbus, en el sector de la aviación es crucial mejorar la seguridad y el rendimiento de las baterías. Específicamente, el éxito de la movilidad aérea urbana y los futuros aviones eléctricos dependen del desarrollo de una tecnología de almacenamiento segura, pero que al mismo tiempo sea capaz de ofrecer un elevado rendimiento.  Un enfoque primordial para este nuevo laboratorio que trabajará para desarrollar las nuevas baterías que podrán facilitar el inicio de la transición de la movilidad también en el transporte aéreo. Uno de los principales causantes de la contaminación en el transporte.

La gran pregunta es el cuándo veremos aviones eléctricos de Airbus. Hace ya dos años que el consorcio presentó su hoja de ruta para el lanzamientos de sus primeros modelos. Una ofensiva que se ha ido dilatando en el tiempo precisamente por la ausencia de unas baterías que cumpliesen con los requisitos de seguridad y eficacia establecidos en su momento.

Se esperaba que en 2019 comenzasen las pruebas del primer modelo de despegue vertical, el CityAirbus, que estaría dedicado al transporte de hasta 4 personas de forma simultánea dentro de las ciudades. En 2020 deberíamos ver el primer avión comercial, el E-Fan X, con un sistema de propulsión de 2 MW y amplia capacidad de pasajeros, al que seguirá al gran objetivo, un avión de pasajeros de pasillo, con sistema de 20 MW y que de momento no tiene fecha de llegada.

Propuestas que necesitarán baterías evolucionadas en todos los aspectos, desde su densidad, seguridad, pero también en cuanto a precios, ya que estos vehículos necesitarán contar con un margen de seguridad importante en cuanto a autonomía para lograr superar los temores iniciales en sus aplicaciones comerciales. Algo que obligará a montar packs de mayor capacidad de la necesaria para cada desplazamiento.

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Fuente | Airbus

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