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Las baterías LFP podrían ser la clave para la revolución del coche eléctrico

En los últimos tiempos, las baterías LFP (litio-ferrofosfato) han comenzado a ganar relevancia dentro del sector del coche eléctrico. Esta química que se caracteriza entre otras cosas por prescindir del cobalto, un material de elevado coste que actualmente procede en su mayoría de la República Democrática del Congo. Al eliminarse este elemento, las baterías LFP consiguen ser notablemente más baratas que las actuales NCM (níquel, cobalto y manganeso).

Otro punto a favor de las baterías LFP es que no solo prescinden del cobalto, sino también del níquel, el segundo componente más caro de las baterías actuales. Gracias a esto se consigue una reducción de costes muy notable (se estima que la química LFP permitirá estandarizar el precio de las baterías en aproximadamente 80 dólares el kWh a medio plazo).

Tampoco podemos perder de vista que la vida útil de estas baterías es muy elevada, pudiendo superar con facilidad la durabilidad del propio automóvil; además, pueden tener una segunda o incluso una tercera vida en sistemas de almacenamiento energético estacionario para la red eléctrica. Por otro lado, también hay que tener en cuenta sus mayores índices de seguridad.

Expertos como Brett Smith, director de tecnología del Centro de Investigación Automotriz de Ann Arbor, Michigan, afirman que la llegada de baterías con una larga vida útil supondrá un enorme impulso para las ventas de coches eléctricos. «Señalará sin lugar a dudas que la tecnología [eléctrica] ha llegado para quedarse».

De acuerdo con Smith, este efecto podría considerarse similar al que experimentaron las ventas de Hyundai en 2005 cuando presentó su garantía de 100.000 millas (160.000 km) en Estados Unidos, estrategia que permitió al fabricante coreano duplicar sus ventas. Además, las baterías de larga duración también permitirán dinamizar el mercado de segunda mano.

Shirley Meng, científica especializada en materiales y profesora en la Universidad de California en San Diego, donde dirige el Centro de Energía y Energía Sostenible, afirma que la química LFP y sus evoluciones tendrán un enorme peso en el futuro del coche eléctrico, estimando que para 2025 se lanzarán al mercado celdas con una vida útil incluso superior a la lograda actualmente por este tipo de baterías.

Fuente | CleanTechnica

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