Europa valora recuperar los programas de achatarramiento de coches para ayudar a la industria automovilística. ¿Un Plan 2020E para España?
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Publicado: 06/04/2020 11:30
Cuando en 2008 explotó la crisis económica en todo el mundo, uno de los sectores más afectado fue el de la automoción que vio como en mercado europeo las cifras de ventas tocaron mínimos históricos. Una situación extrema que supuso un descenso abrupto de las ventas y que provocó en la intervención de los gobiernos para tratar de cortar la sangría.
En el caso de España esta iniciativa llego en forma del Plan 2000E. Como recordamos, en 2008 las matriculaciones cayeron un 28% respecto al año anterior hasta las 1.17 millones de unidades. Una cifra que empeoró todavía más en 2009 cuando apenas se entregaron 952.772, o un 17.9% menos que el año anterior. Momento en el que el gobierno decidió salir en la ayuda de un sector que en aquel momento daba trabajo a más de 300.000 personas.
En mayo de 2009 el Consejo de Ministros daba luz verde a un Real Decreto por el que se regulaba el Plan 2000E. Un proyecto que contemplaba ayudas directas a la adquisición de automóviles por un importe mínimo de 1.500 euros (500 aportados por el Gobierno y mil por los fabricantes), y que contaba con una dotación presupuestaria de 100 millones de euros.
El resultado fue la rotura de la tendencia negativa y un 2009 donde las ventas se recuperaron un 3.1% respecto al año anterior. Un proyecto que suponía en su momento que el comprador debía adquirir un coche, o un vehículo comercial ligero, con un precio que no superará los 30.000 euros, con emisiones de CO2 por debajo de los 149 gramos de CO2 por kilómetro, y además debería achatarrar un vehículo con una antigüedad mínima de diez años o un kilometraje mínimo de 250.000 kilómetros.
Una iniciativa que se extendió a diferentes mercados, como Alemania, Francia, Italia o Reino Unido, donde la industria del automóvil al igual que en España suponía y supone una parte muy importante del tejido laboral, y donde se ofrecían ayudas de entre 1.000 y 2.500 euros para la compra de un coche nuevo al achatarrar uno usado.
¿Plan 2020E?. (Opinión)
Ahora diferentes gobiernos están estudiando fórmulas para tratar de reactivar una industria del automóvil que se enfrenta a un escenario incluso más complejo que el vivido durante la crisis del 2008, y una de las que más posibilidades tiene es el de recuperar las ayudas a la compra de coches nuevos, que como vemos ha sido de gran utilidad en el pasado para tratar de dar el último impulso a los que a pesar de las dificultades, están pensando en cambiar de coche.
La cuestión es que para muchos este programa debería estar destinado a recuperar el mercado, pero desde un punto de vista de futuro y de sostenibilidad. Un difícil equilibrio en un mercado donde el coche eléctrico todavía está lejos en cuanto a precio de los presupuestos más ajustados, pero que puede ser una alternativa en el resto de segmentos.
Por ejemplo, el gobierno podría crear un nuevo Plan 2020E, dotado de un presupuesto que aglutine los 65 millones de euros previstos para el plan de ayudas al coche eléctrico y su infraestructura, y elevar su cifra hasta los 100 millones que contaba el proyecto del año 2009.
Un dinero que serviría para incentivar la compra de coches de bajas emisiones, con precios por debajo de los 20.000 euros con los 1.500 euros originales, con la obligación de achatarrar un coche viejo.
Por otra parte los interesados en adquirir un coche eléctrico podrían acceder a los 5.500 euros con los que se pensaba dotar con el programa MOVES inicialmente previsto para este año, a los que se deberían añadir otros 1.500 euros (500 del gobierno y 1.000 de las marcas) si achatarran un vehículo.
De esa forma los interesados en comprar un coche eléctrico y que no tengan un vehículo para entregar, podrían acceder a la ayuda, mientras que los que si tengan ya un vehículo tendrán una motivación extra para realizar el cambio. Un factor psicológico fundamental en momentos como el que viviremos en los próximos meses de recuperación, pero donde todavía estaremos algo traumatizados por la experiencia vivida estos días.
De esta forma una persona interesada por ejemplo en un Renault ZOE o un Peugeot e208, verían como el precio de 29.277 euros y 29.600 euros respectivamente se convertiría en apenas 22.000 euros si lograse acumular ambas ayudas. Una cifra sin duda mucho más atractiva que con una financiación con un tipo de interés bajo, animará a muchos a apostar por un eléctrico.
Una apuesta por la sostenibilidad que ayudaría a un sector de fabricación de coches eléctricos en nuestro país, y que podría servir de incentivo para la instalación de nuevas líneas de producción, con el consiguiente impacto en cuanto a puestos de trabajo, y también servir para atraer industrias como la producción de baterías y otros componentes de la cadena productiva.
Una dinámica que tendrá otras consecuencias, como el incremento del mercado de servicios para el coche eléctrico, redes de recarga, aplicaciones de gestión, e incluso beneficiará a las energías renovables donde España es una potencia dormida.