El contar con una buena red de recarga es uno de los pilares fundamentales para el despegue del coche eléctrico. Un apartado olvidado en la primera fase de expansión de la tecnología, sobre todo en España donde se ha creado un escenario muy negativo que ha frenado su implantación. Ahora, el Gobierno ha publicado una propuesta de orden ministerial que supondrá el inicio de los trámites para obligar a las gasolineras a instalar puntos de recarga en sus instalaciones.
Esta iniciativa busca identificar a un total de mil estaciones de servicio que por su localización y por su volumen de tráfico puedan ser susceptibles de instalar un servicio de recarga público. Las condiciones indican que aquellas gasolineras con ventas superiores a cinco millones de litros anuales, o aquellas con un valor estratégico relevante, deberán instalar al menos un punto de recarga para coches eléctricos.
La propuesta de orden emplaza al Gobierno central y las comunidades autónomas a elaborar dicho listado, en el que se incluirán las gasolineras más relevantes en cada territorio, así como las abiertas este 2021 y las que hayan realizado este año modificaciones de su título habilitante.
Esta medida afectará a los siguientes casos:
• Las estaciones de servicio con ventas superiores a los 10 millones de litros de gasolinas y gasóleos en 2019 deberán instalar al menos un punto de recarga de al menos 150 kW en un plazo de 21 meses desde la entrada en vigor de la citada norma (febrero de 2023). Más de 200 gasolineras están incluidas en este grupo.
• Las estaciones de servicio con ventas superiores a cinco millones de litros de gasolinas y gasóleos en 2019 tendrán un plazo de 27 meses desde la aprobación de la Ley, que supondrá irse a agosto de 2023, para instalar al menos un punto de recarga superior a 50 kW.
Estos mismos plazos y requisitos afectan a las gasolineras con ventas inferiores a cinco millones de litros, pero que lideren las ventas de las provincias, islas o ciudades autónomas en que se hallen, siempre que no haya gasolineras con ventas superiores a cinco millones de litros. Más de 800 gasolineras están incluidas en ambos grupos.
El titular de la estación de servicio podrá tanto optar por instalar y operar el mismo la estación, como encargar o ceder terreno a un tercero, siempre y cuando se cumpla el mínimo de que el punto se ubique dentro de las instalaciones de la estación.
Habrá excepciones para aquellas que ya cumplan con la norma y se hayan adelantado con la instalación de un punto de recarga de las mismas características del obligado a instalar, 50 o 150 kW, así como aquellas que por cuestiones técnicas no se pueda realizar la instalación.
Opinión
Por supuesto, siempre que se lanza una norma de este tipo, la letra pequeña es fundamental para evitar que sea papel mojado. En este caso se indica que la potencia de punto sea de 50 o 150 kW como mínimo, pero no se indica qué potencia deberán ofrecer estas estaciones.
Y es que por España adelante hay muchos casos de estaciones de 50 o 100 kW que han recibido ayudas del gobierno para su instalación, pero que tienen la potencia limitada a 15 o 20 kW. Un sinsentido que les permite cumplir la norma, pero sin incurrir en gastos extra en relación a la potencia contratada, con el perjuicio que supone para las arcas públicas, y la nefasta imagen que proyecta entre los usuarios.
También añadir que además de contar con la potencia, y poder ofrecerla al cliente, la estación esté activa. Algo para lo que además de esta norma, supondrá dar una vuelta al sistema de permisos, licencias y suministros de energía, que se han convertido en un verdadero tapón para la infraestructura en España. Y es que contamos con estaciones con más de un año desde la finalización de las obras, y que todavía esperan para poder comenzar a operar. Como ejemplo, la captura inferior de las estaciones de IONITY en España pendientes de comenzar a funcionar.
Es por eso que la norma debería dejar claro que la potencia debe ser la ofertada por el punto, no la máxima que pueda alcanzar, y además debería profundizar en aspectos como el precio y también la forma de pago. Algo que es necesario en un país como en nuestro donde todavía hay estaciones de carga donde el usuario necesita que el operario de la gasolinera le active la estación, y al finalizar le acompañe a terminar la carga y apuntar en una hoja los kWh consumidos, para cobrarle de forma manual.
Algo que supone que el uso de la estación, como decimos muchas pagadas con fondos públicos, solo esté disponible en el horario de apertura de la estación.
Fuente | Energia.gob