Desde Estados Unidos nos llega un estudio muy interesante que no ha sido el resultado de un laboratorio, sino de anonimizar y agregar los datos de miles de usuarios de coches eléctricos. La web Recurrent ha confrontado la autonomía disponible en invierno (-7 a -1 ºC) y en verano (21 ºC), siendo en condiciones invernales la autonomía siempre inferior.
Las baterías pueden estar refrigeradas por aire o por líquido. En el primer caso la degradación de la autonomía es más notoria, porque es un sistema diseñado más para evacuar el calor que para conservarlo. Por su parte, la refrigeración líquida mantiene una temperatura más estable y reduce la pérdida de capacidad. Digamos que el frío no solamente nos quita las ganas de salir de casa, las reacciones químicas de las baterías también bajan el ritmo.
Por otro lado, hay una diferencia sustancial debida a la climatización. La bomba de calor es el sistema más eficiente para generar calor con la electricidad de las baterías, sobre todo si aprovecha parte del calor residual que generan los motores y la electrónica de control, si bien no es mucho respecto a un motor térmico. Otros sistemas, en cambio, impactan más en la autonomía a la hora de caldear el habitáculo.
He aquí los resultados de Recurrent, que vienen explicados caso por caso. Los modelos que más autonomía pierden con el frío, casi el 30% de media, son tanto Chevrolet Volt (eléctrico de autonomía extendida) como Bolt (eléctrico 100%), así como el Ford Mustang Mach-E. ¿Qué tienen en común? Baterías NMC de origen LG Chem, y no solo tienen problemas con el frío, también cuando se les da mucha zapatilla o recargan rápido.
Otros modelos que tienen pérdidas notables de autonomía son los BMW i3 (-24%) con baterías de 42 kWh, Volkswagen e-Golf (-23%), Hyundai Kona (-19%, este último también con baterías LG Chem) o Nissan Leaf (-14%) con baterías de 62 kWh. Los cuatro modelos Tesla analizados prácticamente no tienen impacto negativo en su autonomía, es más, el Model Y Gran Autonomía AWD hasta puede ir un poco más lejos.
En el caso de Tesla, pues se nota un poco quién lleva unos años de ventaja al resto de fabricantes, que han dependido más de proveedores externos que de ellos mismos. No obstante, también hay que hacer un recordatorio, todos los coches térmicos consumen más en invierno, básicamente porque pierden calor constantemente, lo cual se puede solventar parcialmente con rejillas que reduzcan el flujo de aire al vano motor. En los híbridos hasta se puede notar más, porque cuando detienen el motor térmico pierden temperatura más rápido todavía.