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El Ford Mustang Mach-E tiene el mismo fallo de diseño en sus baterías que el Chevrolet Bolt, una refrigeración poco eficiente

Ford le puso el apellido «Mustang» a su SUV eléctrico Mach-E para que fuese más atractivo. También hizo esa jugada con el pequeño Puma, usar un nombre familiar para el consumidor. Sin embargo, aunque el Mustang Mach-E tiene versiones muy potentes y es moderno, sigue siendo un producto de «primera generación» y arrastra algún que otro fallo de diseño. Uno de ellos está en las baterías.

Para empezar, el Mustang Mach-E está demostrando un rendimiento al cargar peor del esperado -es más lento en condiciones reales pese a su capacidad máxima de carga- y la conducción agresiva/de circuito puede provocar un sobrecalentamiento de las celdas y la entrada en acción del modo de propulsión reducida. Ambos síntomas tienen la misma causa, en las celdas hay un cuello de botella térmico, o lo que es lo mismo, el sistema de refrigeración no puede evacuar calor al mismo ritmo que se genera.

Keith Ritter lo explica en un artículo técnico publicado en InsideEVs, el quid de la cuestión está en cómo están empaquetadas las celdas de batería. Si destripamos un Mach-E encontraremos varios módulos, cada uno con varios paquetes dos celdas unidas entre sí por una placa de aluminio, que es el material conductor del calor hacia el líquido refrigerante. Las dos celdas están unidas por una carcasa de plástico negro, diseño muy similar al del Chevrolet Bolt. Ambos modelos tienen baterías de origen LG Chem.

En el vídeo sobre estas líneas, del canal de de Sandy Munro, podemos ver el paquete de baterías destripado, para que la explicación sea más sencilla. Resumidamente, la carcasa de plástico evita la transmisión eficiente del calor desde el punto más caliente de cada celda al punto en contacto con el refrigerante. Cuando las dos celdas se calientan, la placa de aluminio común llega un punto en el que no puede evacuar más calor.

La eficiencia de refrigeración de las celdas es similar a la del Chevrolet Bolt, dado que el diseño es similar. Rivales como Volkswagen ID.4 o Tesla Model Y tienen mejor resuelto el capítulo de la refrigeración, según Keith Ritter

Entendido esto, es fácil de comprender lo demás. En situaciones exigentes las celdas del Mustang Mach-E generan más calor del que se puede evacuar, por lo que se calientan. Cuando el programa de gestión térmica del coche detecta una subida de temperatura que no es tolerable, entra en modo de protección, cerrando el grifo. Esto es, recarga más despacio y entrega menos potencia al motor, lo que explica una recarga más lenta o que en un track day el coche nos pide relax y capa el acelerador.

Si bien Ford está trabajando en el problema, y parafraseando al señor Ritter, podrán maquillarlo mediante gestión electrónica para reducir los síntomas, pero la causa del problema sigue siendo un problema de refrigeración pasiva que compromete la eficacia de todo el sistema. Esto no ha de preocuparle a quien tiene un Mustang Mach-E y lo conduce como un SUV normal; si pretende conducir un deportivo, se encontrará en algún momento con una limitación de potencia. Ojo, esto también le ha pasado a algún Shelby Mustang de gasolina, como el 2016-2018 GT350 sin el Track Pack cuando se va en circuito «a tabla».

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