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Este autobús escolar eléctrico BYD, además de circular sin emisiones, puede ayudar a la red eléctrica gracias al V2G

Los famosísimos autobuses escolares en Estados Unidos también empiezan a pasarse a lo eléctrico, y hay razones poderosas para ello. La primera es la reducción de costes en mantenimiento y combustible, pero la segunda no es para menos: ganar/ahorrar dinero con la venta de electricidad sobrante de las baterías. Os presentamos el autobús escolar BYD Type A, el segundo de la gama americana y diseñado/producido en el país.

Se trata de un autobús más compacto que el BYD Type D de similar propósito, que es mucho más grande. El Type A tiene una capacidad de hasta 30 alumnos y la posibilidad de adaptarlo para llevar a niños con discapacidad motora en silla de ruedas mediante un ascensor que levanta 360 kg. Está equipado con baterías de litio-ferrofosfato y su autonomía es de 225 kilómetros.

La elección de baterías LFP se ha hecho con dos criterios. Por un lado, BYD ha puesto mucho enfoque en la seguridad, y con los hijos de los demás siempre hay que ser más precavido de lo habitual. Las baterías LFP son muy estables y no se incendian. Por otro lado, son baterías más económicas que las NMC y no hay que lograr ni enormes autonomías -son rutas planificadas- ni potencias de carga/descarga más altas.

BYD Type D

Ya habíamos visto anteriormente algún ejemplo de autobús escolar eléctrico en Estados Unidos, pero se trataba de una conversiones de autobuses térmicos. Es un sector con grandes oportunidades, ya que casi medio millón (480.000) de estos autobuses mueven cada día a 24 millones de niños y adolescentes en ese país, dos veces por jornada lectiva. Hay 10.000 distritos escolares en Estados Unidos.

La capacidad V2G que incorpora este modelo, al igual que el Type D, se lleva explorando ya un tiempo para reducir los costes y echar una mano a la red eléctrica. BYD no da detalles de la potencia que puede aportar a la red, pero sabemos que puede recargarse a 19,2 kW en corriente alterna monofásica y a un máximo de 150 kW con recarga en corriente continua de alta potencia.

La idea detrás del sistema V2G (vehículo a red) es simple. Conociendo el posible excedente diario de las baterías, se puede recargar energía a bajo precio por las noches y aprovechar el excedente para alimentar la red eléctrica del colegio o verter a la red en hora punta a un precio superior para recuperar unos dólares. Imaginemos la capacidad que pueden acumular cientos de miles de estos autobuses en unos años… A 10 kWh por autobús hay un potencial de 4.800 MWh o 4,8 GWh.

Boceto de diseño del BYD Type A

BYD promete un ahorro del 60% respecto a los costes de combustible de autobuses diésel, y un porcentaje idéntico de reducción de costes de mantenimiento al haber muchas menos piezas móviles, frenada regenerativa, etc. Hay varias longitudes disponibles: 7 m, 7,47 m y 8,14 m, los más cortos se adaptan mejor a grupos reducidos o el traslado de varios alumnos con discapacidad.

Además de baterías que dan la máxima seguridad, hay otros elementos que favorecen el feliz término de los alumnos. El autobús tiene un chasis de acero de alta resistencia, posibilidad de instalar cinturones de tres puntos (además de lo obvio, reducen el acoso escolar y las distracciones al conductor) con reposacabezas, controles de estabilidad y frenada, e incluso detección de tráfico cruzado para avisar a los alumnos cuándo es buen momento para cruzar (en la imagen superior, fijaos en la señal lateral).

Por su parte, el conductor tiene un asiento cómodo para trabajar, volante de 42 cm de diámetro con dirección asistida electromecánica y columna telescópica, mayor visibilidad, botoneras ergonómicas, climatización bizona -conductor y chavalada-, etc. La conducción promete ser más simple y menos estresante, que bastante responsabilidad tienen estos profesionales.

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