Una de las principales críticas de los escépticos con el coche eléctrico se basa en el argumento de que la producción de su batería contamina. Algo que es difícil de cuantificar ya que depende no sólo de dónde se sitúe la instalación, sino incluso de su propio diseño. Así lo ha demostrado el gigante chino CATL, que ha puesto en marcha la primera fábrica de baterías neutra en emisiones, y eso a pesar de situarse en un mercado como China con todavía una fuerte dependencia de fuentes como el carbón.
La compañía ha apostado por maximizar la eficiencia y el uso de energías renovables para alimentar las operaciones de esta innovadora fábrica, que además destacará por su bajo consumo energético gracias a algoritmos, y además al aprovechamiento de hasta la más pequeña cantidad de residuos para recuperarlos y volver a usarlos en nuevos productos.
La gestión de circuito cerrado de residuos reciclados de CATL permite alcanzar una tasa de recuperación del 99,3% de las materias primas, incluidos el níquel, el cobalto y el manganeso, para que puedan ser reutilizados una y otra vez en el ciclo de producción de baterías.
«La planta de Yibin es solo el punto de partida, y aprovecharemos la planta del faro para lograr la neutralidad de carbono en nuestros sitios globales uno por uno«, dijo CATL.
En términos de fabricación, para esta instalación se ha construido un sistema central de control y gestión para la producción digital. Mediante la gestión visual integral, se ha reducido significativamente las pérdidas de procesos y, con el apoyo del sistema de inspección visual mediante inteligencia artificial, que cuenta con aprendizaje automático y extracción de características de defectos, han logrado a mejorar la tasa de detección en procesos como el corte longitudinal y el calandrado.
Todos los residuos producidos durante la fabricación se reciclarán y la tasa de recuperación de metales preciosos como el níquel, el cobalto y el manganeso puede alcanzar casi el 100%.
Pero la clave de su apuesta por la sostenibilidad está en las fuentes de energía que la alimentan. Y es que CATL ha seleccionado a la población de Yibin, en la provincia de Sichuan, como un emplazamiento clave donde la disponibilidad de energía procedente de los saltos hidroeléctricos permitirá alimentar el 80% de las necesidades con esta fuente limpia. Algo que se traduce en una reducción de las emisiones de unas 400.000 toneladas de emisiones de carbono cada año.
Un proyecto bandera para el gigante asiático que como recordamos es en la actualidad el mayor fabricante mundial de baterías con una capacidad de producción en 2021 de 96,7 GWh. Una cifra que a pesar de las dificultades por la crisis de suministros, ha supuesto un crecimiento del 167% respecto al año anterior.
Fuente | CATL
