REN21 es una comunidad mundial integrada por representantes de los científicos, gobiernos, ONG e industrias relacionadas con las energías renovables. Su objetivo es obtener, analizar y proveer datos actualizados sobre la tecnología, el mercado y las políticas relativas a las renovables para que aquellos que toman las decisiones aceleren la transición energética. Su último Informe sobre la Situación Global de las Energías Renovables (GSR 2022), presentado el pasado 15 de junio, llega a una conclusión demoledora. Los gobiernos confían más que nunca en los combustibles fósiles para salir adelante en esta época de crisis energética.
Los resultados del GSR 2022 muestran que en 2021 se han invertido 350.000 millones de euros en tecnologías de energías renovables. En contraste, los gobiernos han destinado 5,7 billones de dólares en subsidios para los combustibles fósiles.
Durante la reciente crisis energética se han promovido la búsqueda de nuevos suministros de combustibles fósiles en ve de apostar por las energías renovables de menor costo.
El compromiso con las renovables es humo de efecto invernadero
Rana Adib, directora ejecutiva de REN21 resume la situación actual de la siguiente forma: «Aunque muchos gobiernos se comprometieron a cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2021, la realidad es que, en respuesta a la crisis energética, la mayoría de los países han vuelto a buscar nuevas fuentes de combustibles fósiles y a quemar aun más carbón, petróleo y gas natural».
Según los datos del informe, en 2021 se construyeron casi 315 GW de capacidad de energía renovable, lo que supone un aumento del 17% con respecto al 2020 y elevó la cuota mundial de energía renovable al 12,6%. El mayor porcentaje corresponde a la energía solar fotovoltaica con 175 GW, seguida de la eólica con 102 GW y el resto distribuido entre solar térmica, hidroeléctrica y bioenergía.
Sin embargo este aumento no fue suficiente para cubrir el crecimiento en el consumo de electricidad que fue del 6% en el 2021, a medida que las economías se iban recuperando del impacto de la pandemia.
El mundo desperdicia la oportunidad de las renovables y alimenta a los combustibles fósiles
De hecho, tras la pandemia el aumento del consumo energético «ha sido cubierto en su mayor parte por los combustibles fósiles«, lo que ha causado «el mayor aumento de emisiones de dióxido de carbono de la historia, de más de 2.000 millones de toneladas a nivel mundial en el 2021″. La crisis derivada de la invasión rusa de Ucrania tampoco está ayudando a mejorar la situación.
El GSR 2022 documenta que, a pesar de los renovados compromisos de acción climática, los gobiernos ofrecieron ayudas a la producción y el consumo de combustibles fósiles, como primera opción para mitigar los efectos de la crisis energética. Entre el 2018 y el 2020, los gobiernos destinaron alrededor de 15 billones de euros (7% del PIB mundial en 2020) a subsidios a combustibles fósiles, e incluso algunos como la India, reducían el apoyo a las renovables.
«El antiguo régimen energético se está derrumbando ante nuestros ojos, y con él, la economía mundial», según Rana Adib. «Sin embargo, la respuesta a la crisis y los objetivos climáticos no deben oponerse. Las energías renovables son la mejor solución y la más accesible para afrontar las fluctuaciones de precios de la energía. Debemos potenciar la proporción de renovables y convertirlas en una prioridad de la política económica e industrial».
Fuente REN21