De un tiempo a esta parte, los fabricantes de baterías (especialmente los chinos) han comenzado a apostar con fuerza por la química LFP (litio-ferrofosfato) frente a la típica NCM (níquel, cobalto, manganeso), pues a pesar de ofrecer una densidad energética inferior, resulta notablemente más asequible y ofrece una vida útil muy superior.
CATL, el mayor fabricante de baterías para coches eléctricos a nivel mundial, ha presentado ahora un nuevo tipo de química que se constituye como una suerte de punto intermedio entre las LFP y NCM: la LMFP. Como su nombre bien indica, este tipo de celdas añaden manganeso a la fórmula, lo que permite mejorar algunas de sus especificaciones.
El voltaje de las celdas pasa de 3,2 a 4,1 voltios, mejorando la densidad energética en un 20%. Así, estas nuevas baterías de ferrofosfato de manganeso y litio pueden alcanzar los 230 Wh/kg, acercándose con ello a las cifras de las baterías NCM. Al contrario que el níquel y el cobalto, el manganeso es relativamente barato y abundante, por lo que el coste no debería dispararse respecto a las baterías LFP.
El principal problema de esta química era su ciclo de vida limitado, algo que CATL afirma haber solucionado al añadir materiales dopantes a las celdas ternarias LMFP. De acuerdo con el gigante chino, la producción en masa de estas nuevas baterías dará comienzo a finales de este mismo año, adelantándose a otras tecnologías de la compañía como las celdas mixtas litio/sodio, previstas para 2023.
CATL es el mayor fabricante de baterías del mundo
Recientemente, CATL presentó sus nuevas baterías «Qilin» con tecnología CTP (Cell to Pack) de tercera generación, las cuales ofrecen un volumen aprovechable del 72% y una densidad energética de hasta 255 Wh/kg. De acuerdo con los responsables de la empresa, su uso permitirá el desarrollo de coches eléctricos con más de 1.000 km de autonomía.
Gracias a un sistema de refrigeración líquida completamente reestudiado, los tiempos de carga rápida (10-80%) de las baterías «Qilin» se reducen a apenas 10 minutos, pudiendo llegar a tasas de 4C. Además, la estabilidad térmica también mejora, lo que hace que esta configuración sea compatible con materiales de mayor densidad energética.
CATL ha confirmado que ya está realizando pruebas con celdas capaces de llegar a tasas de 10C. Este avance, que permite reducir los tiempos de carga a tan solo 5 minutos, es una muestra del cada vez mayor poder tecnológico de CATL, que aspira a mantenerse como el mayor fabricante del sector durante mucho tiempo.