Prueba Citroen C5 X Hybrid. Conducción, autonomía eléctrica, consumo en modo gasolina

Prueba Citroen C5 X Hybrid. Conducción, autonomía eléctrica, consumo en modo gasolina

14 min. lectura

Publicado: 07/05/2022 09:00

Hace unos días hemos tenido la oportunidad de tener una toma de contacto con el Citroen C5 X. Una propuesta que viene a ofrecer algo diferente a lo habitual. En un mercado saturado de SUV, Citroën ha querido tomar una dirección distinta y ha lanzado una berlina que ni es una berlina, ni es un SUV. Una opción intermedia que toma lo mejor de los dos mundos en una configuración donde además destaca la presencia de un sistema híbrido enchufable.

El diseño es una de sus principales bazas. Un aspecto familiar que conquiste a aquellos clientes que busquen una propuesta con personalidad, comodidad, pero que no renuncie a ciertas cuotas de practicidad gracias a su amplio maletero y un interior donde entrarán cinco pasajeros.

El C5 X cuenta con una parrilla frontal bastante fina y con el logo en grande en el frontal, cuyas líneas cromadas se extienden hasta los extremos y la cual está flanqueada por unos grupos ópticos divididos.

También podemos ver como el pilar C y la caída del techo hacen que el Citroën C5 X no pueda ser considerado un shooting brake como tal, pero no hay duda de que su caída del techo es suave. Muy atractiva. Otra cosa es que a algunos les guste más y a otros menos en combinación con las protecciones plásticas de los bajos y una altura libre al suelo que, ojo, supera los 19 cm por poco. No hay mucho que envidiar a muchos SUV.

 

Y es que aunque se venda como berlina, el C5 X cuenta con una posición de conducción 7 centímetros por encima de la media del segmento. Algo que le convierten en una berlina alta, pero manteniendo esa presencia señorial de antaño.

Un modelo que se colocaría por tamaño en lo alto del segmento D, rozando el E, gracias a un cuerpo de 4.805 mm de largo. Pero eso sí, aunque el puesto de conducción es más elevado, no llega a las cuotas de un SUV pues levanta del suelo 1.485 mm. Por su parte, la anchura es ligeramente superior a la de un compacto, con 1.815 mm, si bien la distancia entre ejes sí que llama la atención por su buen aprovechamiento: 2.785 mm.

Citroen C5 X: interior y equipamiento

En el interior llama la atención la comodidad de unos asientos que están tapizados en cuero microperforado. Además, son regulables de manera eléctrica, tanto el del piloto como el del copiloto. No sujetan nada mal el cuerpo lateralmente, pero sin duda ese no es su principal cometido. Están hechos justo para lo mismo que el coche de esta prueba, Citroën C5 X: para ser muy confortables y recorrer largas distancias sin esfuerzo.

Entre las opciones destaca la posibilidad de añadir asientos calefactados pero también ventilados. Para tener todo el año la mejor temperatura.

El volante destaca por contar con un diseño ligeramente achatado por las partes superior e inferior, y cuenta con levas tras el mismo para manejar el cambio automático de manera secuencial. Por desgracia en las versión híbrida enchufable no nos permite ajustar la frenada regenerativa, quedándose en su función original.

Además, hay botones físicos y tras él descubrimos una instrumentación completamente digital, reflejada en una pantalla de 7 pulgadas. No es demasiado grande, pero resulta suficiente.

El C5 X cuenta con un sistema de info-entretenimiento con una pantalla de entre 10 y 12 pulgadas donde podremos encontrar los elementos habituales, como configuración, reproductores, y cuenta con conectividad tanto para Android Auto y Apple CarPlay de forma inalámbrica.

La calidad de fabricación está a un nivel bastante algo con plásticos blandos y agradables al tacto, en un interior donde Citroën ha repartido hasta 29 litros de capacidad repartidos en 13 huecos porta objetos, para no dejar nada a la vista y tenerlo todo bien ordenadito.

Y en cuanto a la visibilidad, es muy buena en todos los ángulos, aunque la trasera es algo limitada por culpa de una luna algo pequeña. Pero nada que no pueda arreglar un sistema de cámaras que nos permite maniobrar sin apenas inmutarnos.

En este tipo de vehículos las traseras cobran una especial importancia, ya sea para llevar a los niños, como para transportar clientes si vamos a hacer un uso profesional del vehículo. En este caso encontramos un excelente trabajo por parte de Citroën que rompe un poco la tendencia habitual de hacer coches estrechos pensados para cuatro personas, por lo que nos encontramos con bastante espacio para las piernas, incluso retrasando los asientos delanteros, pero también espacio para los hombros. Añadir que los ocupantes con estatura por encima de la media también disfrutarán de un amplio espacio para sus cabezas, algo de nuevo meritorio teniendo en cuenta la caída del techo.

Podemos añadir un extra para las plazas trasera como es la posibilidad de modificar la colocación del asiento delantero desde atrás. De esa forma si alguien ha dejado el asiento muy retrasado o inclinado, sin bajarnos del vehículo podremos adelantarlo fácilmente.

Hay, además, salidas de climatización independiente para los asientos posteriores, así como puertos USB tipo C. Fundamentales en estos tiempos de constante conectividad.

En cuanto al aspecto de la zona de carga, en este aspecto la versión híbrida enchufable sufre una ligera pérdida de capacidad por culpa de la situación de las baterías. Un aspecto que reduce los 545 litros de las versiones de combustión hasta los 485 litros. Eso si, una zona que podremos ampliar plegando los asientos delanteros hasta llegar a los 1.580 litros con una superficie prácticamente plana.

Destacar la amplia presencia de dotación de seguridad, entre lo que podemos destacar el sistema que nos mantiene dentro del carril. Un sistema que Citroen cataloga de Nivel 2, que tiene un funcionamiento bastante destacable en autovía donde reduce la fatiga al volante. Eso si, cuando llegan curvas algo pronunciadas hay que recuperar el pleno control ya que el sistema no está diseñado ni preparado para estas situaciones, siendo la autovía su hábitat natural.

Prueba Citroen C5 X: conducción, consumo y autonomía eléctrica

La unidad de esta prueba del Citroën C5 X es la que monta el sistema híbrido enchufable, que es el más potente de la gama y según Citroën, el más popular de largo con más del 66% de los pedidos en España.

Cuenta con un motor de gasolina PureTech de 1,6 litros de cilindrada y cuatro cilindros, con 180 CV de potencia y un par motor máximo de 250 Nm, que se combina con un motor eléctrico de 110 CV, que hacen que la potencia combinada llegue a los 225 CV.

El resultado es una berlina con bastante chispa a la hora de acelerar y que le permite llegar a los 100 km/h en 7.9 segundos. Algo que se traduce en unos adelantamientos más seguros. Incluso cuando el coche circula sin carga en su batería la respuesta sigue siendo excelente, como si siempre guardase una reserva de electricidad para esos momentos críticos.

Pero si hay algo donde sobresalga el C5 X es en la cuestión de la comodidad en marcha. Un símbolo de Citroën desde hace décadas que se ha reflejado a la perfección en este modelo gracias a la presencia de la suspensión hidroneumática.

Esta tiene la particularidad es que cuenta con unos topes hidráulicos en los extremos del recorrido de los amortiguadores que frenan el movimiento de manera progresiva (Progressive Hydraulic Cushions) y que son exclusivos de esta versión híbrida.  Asimismo, para hacer la experiencia de conducción más placentera los asientos (llamados Advanced Comfort Seats) tienen un mullido especialmente cómodo.

El resultado es una sensación de comodidad sin comparación en el mercado que hace que conducir por zonas con imperfecciones sea igual que moverse por una zona de pavimento perfecto. Y además lo hace con total seguridad incluso apretando el paso por las curvas cerradas gracias a su dureza variable que hace que cuando haga falta, el sistema corrija su posición para hacer más seguro el paso por zonas viradas.

La batería cuenta con una capacidad útil de 9.9 kWh. Algo que según el ciclo de homologación WLTP le permite recorrer 55 kilómetros.

Durante nuestra prueba, que ha tenido lugar en una carretera de costa comarcal con constante subidas y bajadas típicas de las carreteras que recorren la línea del océano Atlántico, el consumo de nuestra prueba se ha colocado en 25 kWh a los 100 kilómetros. Algo que nos ha permitido recorrer en condiciones reales 40 kilómetros con una carga. 

Una carga que podremos usar el sistema de serie que llega a los 3.7 kW, lo que supone que con una toma de 16 amperios podremos recuperar el 100% de capacidad de la batería en unas 4 horas. De forma opcional podremos añadir un cargador interno de 7.4 kW, lo que nos permitirá reducir de forma importante los tiempos de espera en apenas una hora y media podremos recuperar la autonomía al completo. Eso si, un elemento opcional que habrá que pagar.

En cuanto al consumo en modo gasolina, decir que hemos hecho dos pruebas. Una partiendo con la batería cargada, y otra con ella totalmente agotada. De esa forma hemos podido comprobar su consumo. Algo que hay que decir, no es fácil en el caso de un híbrido enchufable.

Y es que podemos salir con la batería cargada, y recorrer 100km. Pero la cifra que nos dará de consumo será solo para esos 100 km. A partir de ahí los números cambiarán ya que como hemos visto, a partir del kilómetro 40 nos quedaremos sin aporte de la batería.

Resumen del consumo del Citroen C5 X Hybrid

  • Modo eléctrico: 25 kWh/100 km (40 km de autonomía)
  • Modo híbrido: 2 litros a los 100 km, primeros 100 km
  • Modo gasolina: 6.5 litros a los 100 km

Como vemos, en el modo híbrido hemos puesto 2 litros a los 100. Pero claro, eso si limitamos nuestro recorrido a 100 km. Si hacemos 200 km por ejemplo, ya no será esa cifra. Serán 9.9 kWh+2 litros+6.5 litros.

Pero las cifras indican que estamos ante un modelo bastante eficiente. Una berlina de 4,8 metros de largo con este consumo es digno de destacar. Y además gracias a su buena cifra de autonomía, combinado con el cargador de 7.4 kW, nos permitirá reducir a la mínima expresión el uso del motor gasolina en el día a día si contamos con cargas parciales durante la jornada.

La conclusión es que Citroën ha acertado la arriesgada apuesta por el C5 X. Un coche que resulta adecuado tanto para las familias, como para los ejecutivos que busquen una berlina representativa, pero que además les permita moverse de una forma extremadamente cómoda en el día a día. Algo que agradecerá su espalda.

Un modelo que destaca también por su diseño, y por su amplio equipamiento tecnológico y de seguridad, y que en su versión híbrida enchufable arranca en España antes de ayudas o promociones arranca en los 43.750 euros.

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