Hidrógeno verde, un despilfarro del 80% de su energía donde España y Francia invertirán 2.500 millones de euros en un conducto
6 min. lectura
Publicado: 21/01/2023 07:00
Hace unas semanas conocíamos los detalles del proyecto BarMar o H2Med. Un conducto que conectará España, Portugal y Francia y que se dedicará al transporte de hidrógeno, donde se invertirán 2.500 millones de euros. Una inversión que los expertos y grupos ambientalistas han catalogado de absurdo por el enorme despilfarro económico, energético, y por las dudas de su viabilidad técnica.
Este proyecto vuelve de nuevo a la actualidad ya que ha sido una de las claves de la cumbre bilateral España-Francia que ha tenido lugar esta semana en Barcelona, y donde ambos presidentes han hablado de esta infraestructura catalogada por los gobiernos como estratégica en la reducción de la dependencia del gas, pero que es descrita como ruinosa por muchos expertos.
Las críticas se dirigen a varios frentes, desde la baja eficiencia energética del hidrógeno, que según el instituto de investigación independiente Hydrogen Science Coalition, la producción y transporte de este vector energético usando energías renovables supone perder hasta un 80% de la energía utilizada para la producción.
Uno de los grupos que más críticos se han mostrado con esta inversión, aglutinados en la iniciativa La red Gas No Es Solución, formada por más de 30 asociaciones ambientalistas entre las que están Ecologistas en Acción, Fundación Renovables, Greenpeace, Transport and Environment…y muchas más (Ver listado completo) ha publicado un comunicado en el que rechaza firmemente este proyecto.
Entre los motivos para posicionarse en contra de esta infraestructura, los activistas destacan uno particularmente: «el H2Med es una apuesta que pone en riesgo la viabilidad de la transición energética, desviando para la exportación una energía imprescindible para la descarbonización de la demanda nacional«.
Además, consideran que al usar un vector energético como el hidrógeno, «muy ineficiente», este tipo de infraestructuras perpetúan «un modelo centralizado que va en contra de las personas, el medio ambiente y sigue privilegiando a las grandes empresas energéticas como Enagás«.
Para los responsables de la iniciativa, el hidrógeno verde puede efectivamente ayudar a alcanzar un sistema energético 100% renovable, «pero su utilización debe reservarse para casos concretos en los que sería inviable utilizar otro tipo de energía renovable, especialmente para sustituir el uso del hidrógeno como materia prima en determinados procesos industriales, así como en aquellos que requieren de altas temperaturas que no tienen por el momento otras opciones de descarbonización«.
El principal problema es que la exportación de hidrógeno a gran escala y a grandes distancias va a implicar «grandes riesgos» debido a la inmadurez de la tecnología tanto en materia de producción como en materia de transporte.
Se añade que para lograr producir y exportar grandes cantidades de hidrógeno verde, necesitaría una fuerte expansión de las instalaciones de energías renovables, lo que irremediablemente terminará por tener un impacto ambiental y territorial.
También se añade otro riesgo oculto, y es que los operadores no podrán reducir el ritmo de producción de hidrógeno, por lo que si llegado el momento de iniciar la producción no hay suficientes energías renovables, se opte por producir el hidrógeno con gas natural como es el caso del 99% del hidrógeno obtenido en la actualidad. Eso, o que los gobiernos rescaten a las empresas por la falta de los ingresos estimados.
Desde Ecologistas en acción de ha indicado que: «La inversión pública estaría mejor empleada en medidas cuyo funcionamiento ya ha sido comprobado como lo es la electrificación, la apuesta por proyectos renovables con participación ciudadana, el autoconsumo, las comunidades energéticas y mejoras en la eficiencia energética de los hogares»
H2med: inversión «desde» 2.500 millones
Otra de las críticas se centra precisamente en el apoyo casi incondicional de los gobiernos al H2Med, que como recordamos supondrá llevar un conducto entre Barcelona con Marsella, que supondrá una inversión de 2.135 millones de euros, y que se tendrán que repartir entre España y Francia.
Junto con los operadores de Portugal y Francia, Enagás presentó H2med a la convocatoria de Proyectos de Interés de Común (PCIs) europeos el 15 de diciembre, según lo anunciado por el Gobierno de España, y donde se indica que se instalará una tubería para transportar hidrógeno de 455 kilómetros a 2.135 metros de profundidad.
A esta infraestructura, se le añade la conexión de Celourico da Beira y Zamora (CelZa). Otros 248 kilómetros de tubería para llevar hidrógeno de Portugal a España, y viceversa, que necesitará otros 350 millones de inversión añadidos de los que 157 millones debe asumir el Gobierno español.
Opinión
Presupuestos que como siempre que hay inversión pública, habrá que contar con los sobrecostes y retrasos habituales, que seguramente elevarán la factura final.
Algo que nos deja la sensación de que los únicos que se van a beneficiar de esta inversión son las empresas instaladoras y operadoras, que como hemos visto en muchas ocasiones en el pasado, formarán parte de la iniciativa pero blindando sus ingresos. Y si no hay beneficios, alguien tendrá que pagar la fiesta.