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Un informe que desvela las emisiones contaminantes de los e-fuels alimenta la polémica en la Unión Europea

La Unión Europea ha estado en el centro de una controversia sobre el futuro de la movilidad y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) con respecto a los e-fuels. Estos combustibles sintéticos, que han sido presentados como una solución sostenible para el transporte, han desatado un debate sobre su viabilidad y su impacto ambiental.

Los e-fuels, o combustibles sintéticos, son productos químicos creados a partir de la electrólisis del agua y la captura de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera.

La promesa detrás de estos combustibles es que, durante su producción, se compensan las emisiones de CO2 que generan posteriormente, cuando se queman en vehículos. Esto los hace parecer una alternativa sostenible a los combustibles fósiles.

La polémica en la Unión Europea

En septiembre de 2023, la Comisión Europea presentó un borrador que proponía una nueva categoría de vehículos impulsados exclusivamente por e-fuels. Sin embargo, se estableció un criterio exigente: estos combustibles debían reducir las emisiones de GEI en un 100 %.

Esta demanda ha generado un debate en la Unión Europea, especialmente liderado por Alemania, quien aboga por reducir este umbral al 70 %. Pero, ¿es esto suficiente para garantizar la sostenibilidad de los e-fuels?

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A pesar de la promesa de los e-fuels, su viabilidad como una alternativa sostenible está en tela de juicio. Según el análisis realizado por la organización Transport & Environment (T&E), los vehículos que utilicen e-fuels producidos bajo el marco del 70 % aún emitirían 61 gramos de CO2 equivalente por kilómetro en 2035.

En comparación, los vehículos eléctricos (VE) emitirían sólo 13 gramos de CO2 por kilómetro cuando se cargan con electricidad de la red promedio de la UE. Esto significa que, bajo el sistema actual, los coches de combustible sintético aún emitirían aproximadamente cinco veces más emisiones de CO2 que los modelos eléctricos equivalentes.

Además, los e-fuels no sólo emiten CO2, sino que también liberan contaminantes del aire, como óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas cancerígenas, en niveles comparables a los combustibles convencionales, e incluso más monóxido de carbono que estos.

¿Cuál es la solución?

Para que los e-fuels sean una opción verdaderamente sostenible, T&E recomienda un marco estricto que garantice una reducción del 100 % en las emisiones de CO2. Esto incluye utilizar electricidad generada exclusivamente a partir de fuentes de energía renovable y capturar todo el carbono utilizado en su producción.

Además, solicita que los e-fuels no sean considerados combustibles sostenibles, ya que continuarán emitiendo gases y partículas contaminantes incluso si son capaces de compensar el 100 % de los gases de efecto invernadero.

Esta discusión destaca los desafíos y consideraciones en torno a los e-fuels en el contexto de la reducción de las emisiones de GEI y la contaminación del aire en Europa. Mientras los países de la Unión Europea continúan debatiendo sobre el futuro de estos combustibles sintéticos, la necesidad de encontrar una solución verdaderamente sostenible para la movilidad sigue siendo urgente.

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