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La reutilización de motores eléctricos, el gran reto en el que trabaja la industria

Son muchos los críticos de la movilidad eléctrica que abanderan motivos en contra como el impacto ambiental de la extracción de los componentes que dan forma a las baterías y los motores, para indicar que no son ecológicos. Pero se olvidan de que las baterías pueden reutilizarse, y finalmente reciclarse para hacer nuevos packs, algo que ahora también se podrá hacer con los motores.

Y es que hasta ahora, la complejidad de reutilizar los motores eléctricos averiados hacía que los fabricantes los mandasen directamente a reciclar. Algo que está a punto de cambiar gracias a una investigación del Instituto Fraunhofer de Ingeniería de Fabricación y Automatización, que están trabajando junto con socios de la industria para desarrollar diversos conceptos para reparar y reutilizar motores eléctricos.

El objetivo es ampliar la economía circular que permite a la movilidad eléctrica reducir todavía más su impacto ambiental, al poder volver a dar vida a los componentes que dan vida a motores y baterías.

Reutilizar motores eléctricos, el próximo gran objetivo

Los motores eléctricos utilizados contienen materias primas valiosas como el cobre, aluminio, así como metales de tierras raras como el neodimio. Un componente cuya extracción y producción está casi en exclusiva en manos de China. Unos imanes que son muy difíciles de recuperar con las técnicas actuales de reciclaje. De ahí que cada vez sea más importante ampliar la vida útil de los motores eléctricos.

En el marco del proyecto REASSERT, los investigadores colaboran con Schaeffler, el Instituto Tecnológico de Karlsruhe, y un consorcio de empresas e instituciones, para desarrollar de forma conjunta métodos avanzados para reacondicionar motores eléctricos y reutilizarlos de nuevo en el sector del transporte.

La investigación se centra en las estrategias de retención de valor de reutilización, reparación, remanufactura y reciclaje de materias primas. Estos son elementos clave para una economía circular, que permiten la reducción del consumo de recursos naturales y la minimización de los residuos.

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En la actualidad, el reciclaje de materias primas es la estrategia establecida para lograr una retención de valor. Mediante métodos de reciclaje manuales o automatizados, se recuperan materiales como el cobre y el aluminio. Para ello, los motores de tracción eléctricos se desmontan, se trituran, se clasifican en fracciones de material individuales y se funden.

Sin embargo, el material reciclado, que a menudo está contaminado, ya no se puede utilizar para aplicaciones de motores y los componentes y conjuntos individuales se destruyen. Por lo tanto, el reciclaje debe ser el último recurso, siendo mucho más sostenible la reutilización.

Por ejemplo, durante el proceso, la carcasa de un motor con un desgaste medio podría reutilizarse y, si es necesario, reacondicionarse mediante procesos de mecanizado para garantizar su funcionalidad. Un rotor con imanes permanentes es difícil de desmontar en sus componentes incluso en un proceso de desmontaje manual debido al recubrimiento y unión de los imanes. En este caso, el objetivo es establecer métodos de desmontaje no destructivos.

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Para lograrlo, una de las claves será el uso de inteligencia artificial para ayudar en la toma de decisiones para seleccionar la mejor estrategia en casa caso. Una herramienta de IA tendrá acceso a los datos de producto y proceso del motor eléctrico, y que ayudará a mejorar la eficiencia de todo el proceso.

Unos conocimientos que se utilizarán también para mejorar el diseño de nuevos motores eléctricos, que podrán corregir pequeños errores para alargar todavía más su vida útil. También se podrán diseñar motores para ser más fácilmente reparables, por ejemplo, con un cuerpo que pueda desmontarse de forma sencilla y asequible, y al que se puedan aplicar sin esfuerzo las cuatro estrategias de preservación de valor mencionadas.

Más info | Fraunhofer

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