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El primer coche eléctrico con baterías de sodio comienza sus entregas y anuncia unos tiempos de carga y un rendimiento en frío espectaculares

El grupo chino JAC ha comenzado las entregas de su primer coche eléctrico equipado con baterías de sodio, el Yiwei EV, que entró en producción el pasado 27 de diciembre. Las celdas cilíndricas de 12 Ah utilizadas en el vehículo son fabricadas por el especialista HiNa, que anuncia una densidad energética superior a los 140 Wh/kg.

El pack tiene una capacidad de 23,2 kWh y le proporciona una autonomía de 230 km CLTC. El consumo homologado es muy bajo, de apenas 10 kWh/100 km. Una de las principales ventajas de estas baterías es su competitiva tasa de carga, ya que pueden cargarse del 10 al 80% en 20 minutos y del 30 al 80% en 15 minutos, unas cifras muy competitivas para un vehículo de entrada de gama.

Otro punto fuerte de las baterías de sodio frente a las típicas LFP (litio-ferrofosfato) es su mejor rendimiento a bajas temperaturas, pues el JAC Yiwei EV retiene el 92% de su capacidad a -20º C. Por lo tanto, incluso en regiones con un clima extremadamente frío la pérdida de autonomía resultará insignificante, solucionando con ello uno de los mayores problemas de las químicas basadas en el litio.

El presidente de la submarca Yiwei, Xia Shunli, se muestra convencido de que las baterías de sodio complementarán a las LFP en el futuro, convirtiéndose en una solución capaz de aunar coste y rendimiento. La compañía ha confirmado que este mismo año lanzará un segundo modelo con esta tecnología capaz de alcanzar los 300 km CLTC.

JAC Yiwei EV, antes conocido como Sehol E10X

Las baterías de sodio son una alternativa de bajo coste a las de litio

Más allá de sus evidentes ventajas en términos de rendimiento en frío y tiempos de carga, las baterías de sodio se presentan como una alternativa asequible para coches eléctricos de bajo coste, ya que prescinden de materiales como el cobalto o el níquel, y en algunos casos incluso del cobre y del grafito.

Además, el sodio es mucho más abundante y sencillo de extraer que el litio, y está más distribuido geográficamente. También habría que destacar que su huella de carbono es notablemente más baja; por otro lado, resulta más fácil de reciclar, constituyéndose como una opción más sostenible.

¿Su principal inconveniente? Una densidad energética inferior, algo que por el momento limitará sus aplicaciones a pequeños vehículos low-cost, así como al sector del almacenamiento energético estacionario, donde estas baterías podrían marcar un antes y un después.

Fuente | CnEVPost

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