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La verdadera guerra de precios por los coches eléctricos está por llegar

El próximo 5 de noviembre habrá elecciones en Estados Unidos. Y lo que sucede allí, suele tener repercusiones mundiales. El coche eléctrico no es una excepción, y es que si, como las encuestas indican, gana Donald Trump, esto tendrá importantes repercusiones a ambos lados del Atlántico.

Si gana Trump, este volverá más que previsiblemente a retirar las ayudas públicas a la compra de coches eléctricos. Algo que afectará especialmente a marcas como Tesla.

Los de Elon Musk se verán obligados a redirigir más producción de sus plantas estadounidenses a Europa, que se suman a los crecientes envíos desde China. Esto supone más volumen a colocar en nuestro mercado, y por lo tanto, la obligación a bajar márgenes, y precios.

También entra en juego la geopolítica. Y es que con la llegada de Trump, es muy posible que el apoyo de Estados Unidos a Ucrania en su guerra contra la agresión de Rusia pueda verse mermada. Un aspecto que supondrá que Europa tendrá que aumentar sus ya importantes ayudas, lo que se traducirá en menos dinero para todo lo demás, incluyendo las ayudas a la compra de coches eléctricos.

Llega la segunda etapa de la guerra de precios

Volkswagen ID.4

Una de las cuestiones que ha puesto sobre la mesa la decisión de Alemania de terminar de forma anticipada las ayudas públicas, ha sido el mensaje que ha mandado a sus ciudadanos, donde muchos ya ven que el coche eléctrico no está en la agenda del gobierno, por lo que se deciden por otras alternativas. ¿Por qué voy a hacer yo el esfuerzo en solitario?, piensan muchos. Algo que ha supuesto un aumento de las ventas de coches gasolina en enero, y un hundimiento de los eléctricos.

Un mensaje contradictorio en una Alemania que es el motor de las ventas de coches, también eléctricos, en Europa, que supondrá que habrá menos pastel para repartir entre cada vez más contendientes.

Una de las primeras en mover ficha ha sido Volkswagen. Esta ha lanzado una gran campaña de descuentos para sus coches eléctricos para compensar la falta de ayudas y evitar un colapso de las ventas. Un movimiento que denota la carga financiera de la primera etapa de la guerra de precios.

Por ejemplo, el ID.4 Pro, que en octubre del año pasado contaba con un precio de 46.335 euros, con un coste de venta descontando la parte correspondiente al fabricante de la ayuda estatal de aquel momento, que suponía un precio antes de restar la parte que pone el estado de 44.835 euros por unidad vendida. Esto supone un margen de ventas estimado del 4%, o una ganancia de unos 1.500 euros por coche.

El Volkswagen ID.3 rebaja drásticamente sus tarifas en España: desde 34.630 euros

En la actualidad, el mismo ID.4 Pro se ha rebajado en 7.735 euros, con un precio de 38.600 euros, lo que según los analistas supone unas pérdidas de unos 3.500 euros por unidad vendida. Algo que se puede extender al resto de la gama en una espiral que no está claro cuánto tiempo podrá soportar Volkswagen.

Como era de esperar, otros fabricantes están haciendo lo mismo. BYD ha puesto en marcha descuentos adicionales de 3.000 euros a 17.000 euros en sus modelos. Tesla ha bajado el precio del Model Y hasta 8.000 euros en Alemania, a lo que suma una oferta de financiación al 0%.

Una batalla que está provocando una ruinosa espiral de precios. Algo que ha puesto sobre la mesa Carlos Tavares, director general de Stellantis, que en una rueda de prensa ha advertido de que se avecina un “baño de sangre” en la industria del automóvil.

Una situación que afectará más a los grupos tradicionales, ya que nombres como Tesla y BYD ha apostado todo por el coche eléctrico, lo que les permite lograr una economía de escala mucho más robusta, y lista para entrar en batalla.

Incluso con los recientes descuentos, siguen ganando dinero, y por ejemplo, Tesla en el último trimestre de 2023 logró un margen de beneficio neto del 8,2%, es decir, unos 3.280 euros de beneficio por unidad entregada.

Los grupos chinos, por su parte, tienen enormes recursos y apoyo ilimitado de su gobierno con préstamos a bajo coste, lo que les permitirá amortiguar sin problemas estas turbulencias en los precios.

Un volumen que es su gran baza, y que precisamente se señala como en gran error del gobierno de Alemania, que está cortando el progreso de sus grupos con el final de las ayudas, lo que frenará el crecimiento e inversiones en nuevas fábricas. Una pescadilla que se muerde la cola que será, sin duda, el verdadero baño de sangre del que habla Tavares.

La conclusión es que gracias a esta torpeza, Tesla lo tendrá más fácil para inundar Europa. No es un buen escenario para la industria automovilística alemana. Los fabricantes han invertido miles de millones en el coche eléctrico, pero debido a errores propios, sumado a la mala previsión y gestión pública, gran parte de estas inversiones tendrán que ser “amortizadas” o canceladas.

Y es que según la prensa alemana: «El cambio de política se ha convertido en el mayor riesgo para la industria automovilística alemana.«

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