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Cómo las baterías permitirán a este pueblo funcionar cinco horas al día sin carbón ni gas

A pesar de la imparable expansión de las energías renovables, la intermitencia de estas y la necesidad de mantener en determinadas proporciones respaldo de base como el gas o el carbón, hace que cada vez sea más claro el papel fundamental que jugarán las baterías para un futuro limpio.

Un ejemplo práctico nos llega desde la pequeña población australiana de Alice Springs, que con sus algo más de 26.000 habitantes ha desarrollado un proyecto para reducir al mínimo el uso de fuentes no renovables.

Por un lado está la instalación de paneles solares, que ya ocupan un 25% de los tejados de las viviendas. Pero los operadores de la red eléctrica han tenido dificultades para gestionar una curva de oferta y demanda cada vez más acusada, donde entran grandes cantidades de energía al mismo tiempo, que coincide con la menor demanda precisamente por que una de cada cuatro vivienda es autosuficiente en esos horas.

En 2022 la ciudad vivió un apagón, que dejó a la localidad sin suministro eléctrico durante días. Incluso contando ya por entonces con una buena cuota de producción, el sistema no era capaz de gestionarlo correctamente.

Es por eso que las autoridades locales han diseñado un plan que busca convertir a la ciudad en un lugar más independiente pero también eficiente energéticamente. Y lo harán expandiendo las instalaciones solares, pero también echan mano de las fundamentales baterías.

Se han diseñado varios escenarios, y estos cuentan con la peculiaridad de haber sido desarrollados en un trabajo conjunto entre expertos en energía, representantes de la comunidad, funcionarios gubernamentales, trabajadores del las empresas energéticas, reguladores y los representantes del ayuntamiento.

Las dos opciones de los diferentes escenarios difieren en la cantidad de energía solar en tejados y a escala de servicios públicos, y en la cantidad de almacenamiento.

En el escenario residencial, la energía solar a pequeña escala representa el 34%, con 57 MW de energía solar “controlable” y otros 25 MW de energía solar heredada “incontrolable”. Serían 25 MW de energía solar a gran escala.

Las baterías de pequeña escala constituyen la mayor parte del almacenamiento, con un total de 41 MW y 110 MWh, con 15 MW y 55 MWh de almacenamiento a gran escala.

La alternativa es duplicar el tamaño de la energía solar a gran escala a 50 MW y limitar la cantidad de energía solar fotovoltaica a pequeña escala a 18 MW incontrolables y 14 MW controlables. El almacenamiento en baterías a gran escala se duplicará a 25 MW y 95 MWh, y las baterías a pequeña escala serán de sólo 3 MW y 9 MWh.

La ventaja de estos escenarios es que permiten la máxima flexibilidad, con una carga mínima que puede caer a solo 2 MW como resultado de la curva de pato solar, con las baterías manteniendo unida la red en ausencia de generadores de gas o diésel.

El escenario a pequeña escala permitiría 517 horas al año sin combustibles fósiles, mientras que la variante a gran escala permitiría 1.555 horas al año sin combustibles fósiles, o un promedio de casi cinco horas al día.

Los otros escenarios contemplan un futuro donde al menos tres generadores de de gas o carbón sigan funcionando en todo momento. Pero el gran cambio es la necesidad de un almacenamiento a gran escala significativamente mayor porque necesitará absorber más energía solar durante el día.

El resultado ha sido una serie de escenarios que, dado el contexto y la historia del despliegue renovable de la región, parece bastante sorprendente. Principalmente por ser una zona donde la aportación de la energía eólica es casi nula por las malas condiciones. Algo que supone una limitación.

Uno de los escenarios sugiere hacer funcionar la ciudad únicamente con energía solar y almacenamiento de baterías durante hasta cinco horas al día, todos los días. Otro escenario sugiere 1,5 horas de suministro por parte de las baterías por día.

Este estudio pone sobre la mesa que lograr un sistema más limpio no se limita solamente a instalar energías renovables y baterías. En este caso los responsables han tenido que negociar a través de un laberinto de niveles regulatorios y servicios públicos, y gestionar las necesidades de las 26.500 personas que viven allí.

Según los responsables del proyecto «Estamos imaginando un mundo en el que hasta el 20% del año, durante cinco horas al día, apagas el gas o el carbón en uno de nuestros escenarios, y todos lo miramos y decimos, sí, eso es posible. Hace 10 años, si hubiera sugerido eso, me habrían puesto en alguna institución, la gente simplemente no lo habría considerado como una forma viable de pensar sobre nuestro sistema.«

Fuente | Alice Springs Future Grid

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