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El precio de los paneles solares sigue bajando y se sitúa en los 10 céntimos el vatio en 2024

La caída de los precios de los módulos fotovoltaicos en Europa, impulsado por la enorme producción de China, no frena su velocidad, y en este inicio de 2024 se han situado en los 10 céntimos el vatio.

Así lo ha indicado la consultora Search4Solar, que ha confirmado que la evolución de los costes de producción mayoristas estaban cayendo mucho más rápido de lo estimado inicialmente, y que a principios de este 2024 se lograrían cifras inicialmente previstas para 2030.

Esto, según los analistas, permitirá a los distribuidores reducir su enorme stock de placas fotovoltaicas, lo que puede dar como resultado un pequeño incremento de precios en la segunda mitad del año.

La industria europea, la gran perjudicada

Mientras que los clientes finales disfrutan de unos precios cada vez más competitivos, la presión de los fabricantes chinos se está convirtiendo en insoportable para la industria de la producción de paneles solares en Europa.

La culpa, según los principales fabricantes europeos, la tienen los paneles solares chinos, fuertemente subvencionados por el gobierno, y que inundan el mercado. Según el sector, tienen casi un monopolio después de más de una década subvencionando su industria.

Una de las primeras repercusiones de esta dinámica ha sido el reciente anuncio de la suiza Meyer Burger, que era la mayor fabricante en Alemania, que ha anunciado que se va a relocalizar en Estados Unidos. Otras, como Solarwatt, han despedido a parte de su personal.

Las cifras son desoladoras para los fabricantes europeos, que ven como fabricar un módulo solar en China es aproximadamente un 50% más barato. Pero su calidad, apuntan los expertos del sector, es similar. Por lo que una de las formas que ha encontrado la industria europea para tratar de salvar su industria es innovando.

Así lo han hecho en Solarge, una fábrica en Países Bajos que produce paneles solares más ligeros que los tradicionales y que de esta forma pueden instalarse en tejados que no soportan demasiado peso. Pero incluso para ellos, la situación podría llegar a ser insostenible. Solarge tiene ahora una estrategia de crecimiento, explica su director tecnológico y cofundador Gerard de Leede.

Si se mantiene esta situación todo puede cambiar. «Si tarda uno o dos años, muchas empresas y, por supuesto, nosotros, veremos algún impacto, sin duda», apunta. «Tendremos que bajar los precios y seremos menos competitivos y rentables», lamenta de Leede.

Actualmente las placas solares fabricadas en la territorio europeo representan tan sólo el 3% del mercado. Aunque SolarPower Europe cree que se podría llegar a un 40% para el año 2030. El impacto chino no solo pone en peligro a las empresas, sino que también dificulta la autonomía industrial del bloque.

A medio plazo, la UE tiene dos normativas casi finalizadas que permitirían reducir la competencia. La primera, la Ley sobre la industria de cero emisiones netas, una respuesta a la Ley de reducción de la inflación de Estados Unidos, y que obligará a que el 40% de las tecnologías limpias instaladas en la UE se fabriquen también en el bloque. La segunda prohibiría la venta en la UE de productos hechos con trabajo forzado, algo que sucede en varias zonas de China.

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