Hasta un Dacia Sandero lo hace mejor. El problema de Tesla con el limpiaparabrisas automático

Si tienes un Tesla, muy posiblemente estés al tanto del mal funcionamiento de elementos básicos como son las luces automáticas, pero también otros incluso más sencillos como los limpiaparabrisas. Un verdadero quebradero de cabeza en la zonas más lluviosas, que Tesla no logra encontrar solución.

En mi caso hablo de un Model 3 del 2019, que ha vivido una montaña rusa en cuanto al rendimiento de las luces y limpiaparabrisas.

En el primer caso, las luces automáticas, estas han mejorado algo con las últimas actualizaciones, aunque sigue sufriendo mucho en aspectos como el poder recuperar las luces largas cuando circulamos por carreteras secundarias después de cortarlas por cruzarnos con otro vehículo o una señal. Algo que se traduce en unos metros donde no tienes una buena visibilidad.

También es molesto su funcionamiento en autovía, ya que no es capaz de detectar correctamente a los coches que circulan en dirección contraria, sobre todo los camiones, y que supone tener que usar el modo manual para quitar y poner las largas cuando hay tráfico.

Pero la cuestión de los limpiaparabrisas es un capítulo aparte. Y es que este sistema ha comenzado en sus primeros años con un funcionamiento nefasto. El parabrisas podía llenarse de agua, que el coche no lanzaba los limpia hasta que no se veía absolutamente nada.

Posteriormente llegó una actualización que mejoró el sistema. Algo que una actualización posterior se ocupó de revertir.

No solo eso, además, a alguien en Tesla se le ocurrió que era buena idea el que cuando ponemos el Autopilot, el limpia se activará automáticamente. Una combinación de mal software e ideas de torero bombero, que ha dado como resultado que muchas veces circulemos sin lluvia, con el Autopilot, y el limpia funcionando sin posibilidad de desactivarlo. Algo bastante molesto que podemos ver en el vídeo inferior.

Pero ¿por qué los limpias de los Tesla funcionan peor que los de un Dacia?

La respuesta rápida es por su empeño en delegar todo el funcionamiento de los equipos automáticos al sistema de cámaras. El querido y odiado Tesla Vision. (Más odiado que querido).

En el resto de coches, los fabricantes suelen usar un sensor dedicado para registrar las gotas de agua en sus parabrisas. Una solución sencilla y efectiva que lleva décadas funcionando. Pero los Tesla dependen de una combinación de cámaras e «inteligencia» artificial.

La razón para esta arriesgada, y de momento fallida apuesta, es simple y llanamente la reducción de costes. Algo que les ha llevado a eliminar sensores tradicionales, como el radar y sensores ultrasónicos, y delegarlo todo en el software.

Según los expertos, la razón del mal rendimiento del Tesla Vision con la lluvia es que las cámaras de Tesla están diseñadas principalmente para ofrecer el mejor resultado posible para el sistema de conducción autopilotado, y que logra detectar líneas de carril y otros vehículos. Una capacidad muy llamativa y avanzada, pero que no consigue contar con la profundidad y campo de visión suficientes como para detectar elementos como las gotas de lluvia.

La cuestión es que Tesla ha apostado todo al Tesla Vision, pero a cambio de un ahorro que los analistas estiman es ridículo. Y es que un sensor dedicado podría tener un coste de menos de 10 euros por vehículo. Mucho menos posiblemente para un fabricante con el volumen de Tesla.

Una decisión de muy bajo coste, que posiblemente se solucione antes o después con una actualización, pero que de momento supone que coches de 40 o 50 mil euros tengan un limpiaparabrisas con el peor rendimiento del mercado, algo muy a tener en cuenta si nos vamos a mover por zonas lluviosas.