Los fabricantes chinos revolucionan el mercado: Xiaomi arrasa en valor residual, japoneses y europeos desaparecen

Los fabricantes chinos dominan el ranking de valor residual en coches eléctricos, mientras que marcas japonesas y occidentales desaparecen del mapa, evidenciando su pérdida de competitividad en el principal mercado automovilístico del mundo.

Los fabricantes chinos revolucionan el mercado: Xiaomi arrasa en valor residual, japoneses y europeos desaparecen

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Publicado: 09/05/2025 15:38

El mundo del automóvil está viviendo una fuerte transformación, y con él también lo ha hecho la percepción del coche eléctrico. Principalmente en mercados clave, como China, donde hasta ahora los vehículos japoneses, con Toyota a la cabeza, eran sinónimo de fiabilidad y excelente valor de reventa en el mercado de ocasión, hoy ese liderazgo se desvanece ante la imparable llegada de los fabricantes chinos, con Xiaomi a la cabeza.

La Asociación China de Circulación del Automóvil de China ha publicado un informe muy llamativo: los modelos con mejor valor de reventa tras un año en el mercado son, mayoritariamente, de origen chino, y algunos de ellos incluso superan a los modelos de combustión interna más consolidados en este aspecto. El claro vencedor del ranking es el Xiaomi SU7, con una impresionante tasa de retención del valor del 88,7% tras su primer año.

Xiaomi SU7, campeón del valor residual

Lo que empezó como un ambicioso experimento de una empresa tecnológica, se ha convertido en un fenómeno automovilístico. El Xiaomi SU7 no solo ha roto récords de reservas, con listas de espera que alcanzan las 43-46 semanas para las versiones más asequibles, sino que también ha logrado lo que parecía imposible: superar en valor residual a vehículos de combustión ampliamente establecidos.

La altísima demanda, que obliga a muchos compradores a esperar hasta febrero de 2026 para la entrega, ha convertido al SU7 en un producto de deseo. Tanto es así, que ya se especula con que algunos propietarios podrían vender sus unidades tras unos meses de uso a un precio incluso superior al de compra.

Más allá de Xiaomi: el éxito de AITO y Li Auto

Li Auto Mega

Xiaomi no es una excepción aislada. Otros fabricantes chinos como AITO (con el M9) y Li Auto (con el MEGA, un llamativo monovolumen) también figuran entre los modelos con mejor retención de valor: 85,2% y 79,3% respectivamente. ¿El patrón común? Alta demanda, productos con identidad propia y una madurez tecnológica que ya no se puede discutir.

Estos vehículos pertenecen a lo que muchos denominan la “nueva vieja guardia” del coche eléctrico chino: marcas emergentes que han sabido consolidarse tras varios lanzamientos exitosos. Ya no hablamos de apuestas experimentales, sino de propuestas sólidas que compiten de tú a tú con gigantes como Tesla.

Una señal del cambio de era

Xiaomi SU7 y el próximo YU7.

Este fenómeno no es casual. Tal como explica la Asociación China de Circulación del Automóvil, el valor de reventa de un coche eléctrico refleja su solidez como producto, su reconocimiento de marca y la percepción del consumidor sobre su fiabilidad. En otras palabras, las marcas chinas ya inspiran confianza, deseo y prestigio.

Además, hay una clave importante: los modelos mejor posicionados en el ranking han sido lanzados en los últimos dos años. Este dato no solo confirma la rápida evolución del sector, sino que también ofrece una valiosa pista a los consumidores: apostar por modelos nuevos y bien posicionados puede ser una estrategia inteligente para quienes buscan rentabilidad a medio plazo.

Con cifras contundentes, listas de espera que se alargan más allá de medio año y un reconocimiento cada vez mayor en los mercados internacionales, los fabricantes chinos están redefiniendo el panorama de la automoción eléctrica. Ya no se trata de si competirán con los líderes tradicionales, sino de cuándo los superarán por completo.

La ausencia total de fabricantes japoneses y la discreta presencia de grupos occidentales en el ranking evidencia una realidad incómoda: mientras los nuevos actores chinos avanzan con propuestas innovadoras y muy demandadas, las marcas tradicionales siguen ancladas en estrategias conservadoras y productos poco competitivos.

Ni Toyota, ni Volkswagen, ni siquiera marcas premium europeas logran posicionarse entre los modelos que mejor conservan su valor tras un año. Esta situación revela no solo una pérdida de atractivo y de valor de marca en el mayor mercado del mundo, sino también una preocupante desconexión con las expectativas del nuevo consumidor eléctrico, que prioriza tecnología, diseño y disponibilidad por encima del prestigio histórico.