¿Realmente funciona la carga en cinco minutos del sistema de megavatio de BYD?

BYD ha presentado recientemente un sistema de carga de más de 1.000 kW, capaz de recuperar 400 km de autonomía en 5 minutos. ¿serán reales estas cifras? Los medios lo ponen a prueba en condiciones reales.

¿Realmente funciona la carga en cinco minutos del sistema de megavatio de BYD?

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Publicado: 09/05/2025 10:14

Una de las principales barreras para el coche eléctrico está en los tiempos de carga. Acostumbrados a la inmediatez de repostar un modelo con motor de combustión, los minutos que se requieren para recargar una batería, incluso en estaciones de carga rápida, se perciben como una incomodidad significativa. Pero esto está cerca de cambiar gracias al empuje de marcas como BYD.

El gigante chino ha presentado hace unas semanas una solución que podría transformar radicalmente esta percepción. La compañía ha logrado desarrollar una tecnología de carga ultrarrápida, denominada «Megawatt charging», capaz de recargar algunos de sus últimos modelos en aproximadamente cinco minutos, un tiempo comparable al necesario para llenar un depósito de combustible.

Esta innovación, que ha generado titulares en todo el mundo, se basa en un sistema que entrega 1.000 kilovatios de potencia eléctrica a 1.000 voltios, duplicando la potencia de los cargadores más rápidos disponibles actualmente. BYD afirma que su berlina eléctrica, el Han L, puede recargar cerca de 400 kilómetros de autonomía con tan solo cinco minutos conectado a una de estas tomas.

La cuestión es saber si lo de los cinco minutos es real, o tiene algo de marketing. Para comprobarlo, un periodista de InsideEVs pudo presenciar y verificar esta tecnología durante una demostración en China. La prueba confirmó la realidad de la carga ultrarrápida de cinco minutos.

Así es la Super e-Platform de BYD

El avance de BYD no se limita a un único componente, sino que implica una sinergia entre el vehículo, la batería y el propio cargador. La clave reside en la nueva plataforma «Super e-Platform» de BYD, que la compañía describe como la primera plataforma vehicular de producción en masa con una arquitectura eléctrica de 1.000 voltios. Este voltaje, denominado por BYD «arquitectura de kilovoltio», es lo que posibilita estas velocidades de carga sin precedentes.

El desarrollo de esta arquitectura requirió una ingeniería exhaustiva, ya que los componentes necesarios no existían previamente y BYD tuvo que crearlos internamente. Esto incluyó el diseño propio de chips de potencia de carburo de silicio de 1.500 voltios, motores y controladores de motor rediseñados, componentes de distribución de energía renovados e incluso un sistema de calefacción y aire acondicionado modificado. Según un representante de BYD, esta arquitectura de kilovoltio implicó la adaptación de múltiples partes del vehículo para manejar niveles de potencia tan elevados, resolviendo complejos desafíos eléctricos, magnéticos, mecánicos y térmicos en todo el sistema.

La capacidad de BYD para lograr este avance internamente, similar a otros fabricantes, contrasta con la dependencia de proveedores externos que a menudo caracteriza a las empresas automovilísticas occidentales. Esta integración vertical ha permitido a BYD establecer una cadena de fabricación completa para su arquitectura de kilovoltio de forma independiente.

Además de la carga ultrarrápida, esta arquitectura eléctrica también ha permitido mejoras significativas en el rendimiento de los vehículos. Los dos modelos que utilizan la Super e-Platform, el sedán Han L y el SUV Tang L, pueden acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 2,7 segundos. Una cifra muy significativa ya que hablamos de una berlina y un SUV de cinco metros de largo y mucho espacio en su interior. BYD también demostró la robustez del sistema realizando hasta 70 aceleraciones consecutivas sin pérdida del rendimiento. Y además, unos modelos que han llegado al mercado chino con unos precios muy competitivos.

La batería juega un papel crucial en este sistema. La «Flash Charging Battery» de BYD, una evolución de su batería «Blade» de LFP, está diseñada para soportar estas cargas ultrarrápidas de forma regular y segura. Las baterías LFP, en las que China ha alcanzado un dominio significativo, ofrecen una mayor longevidad y durabilidad en comparación con las baterías de níquel manganeso cobalto (NMC) más comunes en Occidente, aunque con una menor densidad de energía.

Para lograr esta capacidad de carga, BYD realizó modificaciones extensivas en los electrolitos, separadores y electrodos de la batería, reduciendo la resistencia interna en un 50%, además de incorporar la última versión de su sistema de refrigeración directa. BYD asegura que la carga de megavatios no afectará la vida útil de la batería, manteniendo la misma política de garantía que para su batería Blade actual.

BYD Han L y Tang L.

El sistema se completa con la estación de carga de megavatios, un dispositivo relativamente compacto que ofrece una potencia máxima de 1.360 kW. En comparación, las estaciones de carga más potentes en Europa alcanzan los 500 kW. El cargador de BYD también integra almacenamiento de energía, lo que permite recargas rápidas incluso cuando la red eléctrica no tiene la capacidad suficiente o para su despliegue en áreas más rurales. BYD también ha rediseñado el conector de carga, haciéndolo más ligero y fácil de usar, especialmente para mujeres y personas de menor tamaño, abordando una crítica común a los conectores CCS más voluminosos.

Para aprovechar al máximo el sistema de BYD, es necesario utilizar sus últimos vehículos con arquitectura de kilovoltio y tener acceso a un cargador de megavatios, que por ahora solo fabrica y despliega la propia BYD en China. Sin embargo, los vehículos con la Super e-Platform también ofrecen una característica innovadora: la capacidad de utilizar dos cargadores rápidos de corriente continua simultáneamente. Esta tecnología, ya utilizada en algunos modelos de la marca de lujo de BYD, Denza, se ha llevado a un nuevo nivel en el Han L y el Tang L. Al conectar el vehículo a dos cargadores rápidos estándar, se pueden alcanzar velocidades de carga significativamente mayores, transformando cargadores rápidos convencionales en cargadores ultrarrápidos.

El BYD Han L cargando en dos estaciones a la vez.

Las pruebas realizadas en Pekín demostraron la efectividad de esta doble carga, alcanzando velocidades de carga de casi 400 kW al conectar un vehículo a dos estaciones de 250 kW simultáneamente. La demostración culminó con la prueba de la carga de megavatios, donde un Han L pasó del 13% al 60% de carga en poco menos de cinco minutos, obteniendo más de 420 kilómetros de autonomía en ese breve periodo de tiempo.

Aunque algunos críticos consideran que la carga de megavatios es una solución extrema que requiere una gran cantidad de electricidad, BYD insiste en que los largos tiempos de carga siguen siendo un obstáculo importante para la adopción masiva del coche eléctrico. La compañía busca equiparar el tiempo de carga de un vehículo eléctrico con el tiempo de repostaje de un coche de gasolina.

Si bien la tecnología de carga de megavatios de BYD y los vehículos compatibles aún no están disponibles fuera de China, debido a aranceles, prohibiciones de software y tensiones geopolíticas, su desarrollo representa un avance significativo para la industria del coche eléctrico. La capacidad de recargar un vehículo en el mismo tiempo que se tarda en llenar un depósito de gasolina podría eliminar una de las principales barreras psicológicas para la adopción del coche eléctrico en mercados como España.

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Este avance también está impulsando una carrera en China por el desarrollo de tecnologías de carga ultrarrápida, con otros fabricantes como Zeekr (del Grupo Geely) y Huawei anunciando sus propios cargadores de 1.5 MW. La infraestructura de carga también está avanzando rápidamente en China, con BYD ya desplegando cientos de estaciones de carga de megavatios y con planes de expandir significativamente su red.

La pregunta ahora es si los fabricantes de automóviles y las empresas de carga occidentales podrán responder a este desafío y desarrollar tecnologías equivalentes para hacer que la experiencia de carga de los vehículos eléctricos sea tan rápida y conveniente como el repostaje de un coche de gasolina. La innovación de BYD ha puesto de manifiesto el potencial de la carga ultrarrápida y ha elevado las expectativas de los consumidores en todo el mundo.